Desde hace buen tiempo hemos venido siguiendo la producción visual de Omar Molina Oviedo, un joven que ha sabido nutrirse de las referencias de su entorno para mostrar un arte cada vez más íntegro, de una calidad técnica impresionante.
Nieto del maestro del arte nacional Ramón Oviedo, Omar creció al amparo de uno de los más geniales creadores de todos los tiempos, recibiendo siempre sus orientaciones tanto en el plano profesional como personal. Omar siempre ha correspondido con altura a las enseñanzas de su abuelo, así que nos atrevemos a afirmar que es su alumno más aventajado.
En principio, sus obras seguían el modelo referencial del maestro, pero poco a poco fue desarrollando su propio estilo, con un trazo más suelto, procurando ir más por lo figurativo que por lo abstracto.
Luego de su participación en varias muestras, tanto individuales como colectivas, en esta ocasión nos revela un conjunto de trabajos sumamente significativos, pues se inclina por el tema religioso, rindiendo homenaje a la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de la Altagracia. La exposición ha sido comisariada por el especialista Juan José Mesa, quien se las ha arreglado para que a través de la disposición de las piezas en el Museo de la Altagracia en Higüey, el espectador pueda disfrutar en detalle de “Fiesta de toros, religiosidad y cofrades”.
Omar Molina Oviedo, por su parte, se ha encargado de inmortalizar en la pintura la tradición centenaria de la peregrinación de los Toros que salen desde Bayaguana y, luego de un largo recorrido, son presentados cada agosto en la Basílica de Higüey. Todo ello bajo la dirección de la Hermandad de los Toros como ofrenda a la Virgen de la Altagracia, protectora del pueblo dominicano.
De modo que están invitados a disfrutar de la fiesta de toros de Omar, esta vez con una connotación religiosa, donde no escapa a la vista la majestuosa representación de la Basílica de Nuestra Señora de la Altagracia, la secuencia de banderas tricolor, así como la multitud de creyentes que, movidos por la fe, acuden siempre a los pies de nuestra Madre Celestial.
