Ley de partidos políticos

Los principales partidos del país han estado postergando por años la necesaria aprobación del proyecto de ley de partidos políticos. El tema usualmente “se pone de moda” justo después de un proceso electoral pero luego llegan nuevas elecciones acompañadas de algunas trilladas excusas para justificar nueva vez la no aprobación.

Los principales partidos del país han estado postergando por años la necesaria aprobación del proyecto de ley de partidos políticos. El tema usualmente “se pone de moda” justo después de un proceso electoral pero luego llegan nuevas elecciones acompañadas de algunas trilladas excusas para justificar nueva vez la no aprobación.

Algunas personas afirman que un instrumento legal de la citada índole no constituye la solución a los males de la política y los partidos en República Dominicana en el marco de las elecciones y las campañas electorales, señalando que una ley de partidos no evitará que la corrupción y el narcotráfico de todas maneras financien candidaturas porque se harán esfuerzos para mantener las fuentes ocultas.

Indiscutiblemente, ninguna ley es la solución perfecta para evitar la comisión de aquellas prácticas que prohíbe. La existencia de un Código Penal, por ejemplo, no ha sido suficiente para evitar atracos, violaciones y asesinatos. No obstante, las leyes reducen en gran medida la frecuencia en la ejecución de ciertas acciones toda vez que desde que la misma es creada y entra en vigencia sirve como elemento disuasivo para quienes potencialmente llevarían a cabo dichas acciones que pasan a ser prohibidas gracias a la ley y además, todavía más importante, prevé mecanismos para sancionar a aquellos a quienes no logra disuadir.

De igual manera, la existencia de una ley que tipifique claramente conductas inaceptables y prohibidas, permite la ventilación de casos a nivel de los medios de comunicación, lo que muchas veces constituye la herramienta más importante para poner en evidencia a quienes cometen las inconductas y con ello complementar el elemento disuasivo que comportan las leyes. Por ejemplo, que exista una ley de medio ambiente en el país no ha evitado la comisión de delitos ambientales por parte de funcionarios públicos, pero sí permite que en efecto se hayan realizado sometimientos de alcaldes producto de acusaciones en esta materia, lo que a su vez transparenta ante la población muchas cosas que sin la existencia de la ley no se conocerían.

En el caso de la ley de partidos que se espera el Congreso Nacional apruebe antes de las elecciones congresuales y municipales de 2020, sin bien no es la cura a la discrecionalidad en la captación y manejo de fondos de campaña, contiene una serie de disposiciones que la convierten en un gran remedio para prevenir y tratar la enfermedad, contribuyendo a una mejor administración del dinero público y al saneamiento del sistema de partidos políticos en nuestro país.

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