Estado Islámico convierte otro concierto en tragedia

El mundo del arte y el espectáculo se vuelve a llenar de luto y consternación con el tiroteo ocurrido la noche del domingo durante la presentación de Jason Alden en el festival Route 91 Harvest, que se celebraba próximo al hotel casino Mandalay Bay, en Las Vegas, Nevada.

El mundo del arte y el espectáculo se vuelve a llenar de luto y consternación con el tiroteo ocurrido la noche del domingo durante la presentación de Jason Alden en el festival Route 91 Harvest, que se celebraba próximo al hotel casino Mandalay Bay, en Las Vegas, Nevada.

Al menos 58 muertos y más de 500 heridos, hasta el momento, fueron registrados en el hecho del que se acusa a Stephen Paddock, de 64 años, quien se suicidó antes de enfrentar a la policía y luego de disparar desde el piso 32 del hotel casino. El hecho es ahora considerado como el más grande de la historia reciente de los Estados Unidos.

Aunque el Estado Islámico se atribuyó el atentado, no es la primera vez que conciertos masivos son tomados como blanco de ataque. En meses pasados, durante un show de la cantante Ariana Grande en Manchester, un joven de 22 años detonó un explosivo que acabó con la vida de 22 personas y dejó aproximadamente 60 heridos. También responsabilidad de los islámico fue un tiroteo registrado en un club nocturno en Estambul en las primeras horas del Año Nuevo (2017), donde hubo 39 fallecidos.

Otros hechos similares ocurrieron en el año 2015, cuando la agrupación Eagles of Death Metal se presentó en París. El Estado Islámico abrió fuego contra los asistentes dejando 129 víctimas a su paso.

En el 2004, Dimebag Darrell, uno de los guitarristas más influyentes del Heavy Metal, fue asesinado de un disparo en la cabeza en el escenario por un fanático, quien también disparó contra el jefe de seguridad y al público dejando un saldo de seis muertes; mientras que en 1966 en una presentación de los Rolling Stone en un festival en California, un motociclista de “Hells Angels” mató de un disparó a su compañero y el revuelo terminó con vida de tres personas más. Uno de los casos más trágicos se registró en 1997 cuando iba a presentarse John Davidson en la celebración del Memorial Day en el Beverly Hills Supper Club en Southgate, Kentucky, un incendio terminó con la vida de 165 personas.

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