Es normal suponer que nos ganamos los éxitos y fracasos económicos. Casi siempre es así, pero solo hasta cierto punto, y ese punto es menos decisivo de lo que muchos creen. Nuestra vida es reflejo de las experiencias que hemos tenido y la gente con que nos hemos topado por suerte, accidente o azar. Unos nacen en familias que promueven la educación; otros, en familias que la rechazan. Unos nacen en economías florecientes que alientan el espíritu empresarial; otros nacen en guerra y miseria. Todos queremos el éxito, pero al juzgar a la gente, incluyendo nosotros mismos, debemos tener en cuenta que el mismo no siempre es fruto del trabajo arduo y la pobreza no siempre se debe a la vagancia.

Posted in Buen Oficio

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas