Desde pequeño se vio atraído por los negocios, ha iniciado varios proyectos pequeños; busca potencializar el actual

Edgar Santana Ramírez es estudiante de Administración de Empresas de la Universidad Católica de Santo Domingo, pero maneja bien aspectos de la química, el cuidado de los alimentos y el trato que debe darse a un cliente.

Tiene 22 años, pero en una conversación telefónica aparenta ser mayor por el peso y la certeza con que habla. Es un emprendedor nato y puede demostrarlo dando a probar una de las mermeladas artesanales que elabora. Las prepara de níspero, de pimiento morrón, de mango, de fresas o de guineo, pero puede aprovechar otros frutos de esos que pare la tierra. “El mango y el níspero los consigo en la finca de un tío”, comienza diciendo.

El equipo de prensa de elCaribe ha hecho una cita para ubicarlo en el parque municipal de aquí para luego ir a su casa. Llegó con “hora americana”, puntual. Es uno de esos muchachos que siempre ha actuado con la responsabilidad de adulto. El negocio y la marca de Edgar se llaman Mermeladas Ricon y aunque todavía es una empresa pequeña lleva una tendencia creciente. Tiene un mercado fijo, compuesto por puntos de ventas en la capital y en San Cristóbal. Uno de esos puntos está ubicado frente a la Puerta número tres del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), en el Distrito Nacional. Otros ofertantes son dos distribuidores por vía de los cuales se obtiene la mermelada.

La forma de negocio que usa es venta a consignación. La consignación es un arreglo de negocio, llamado consignado, en el que se acuerda pagarle al vendedor, o consignador por la mercancía después de que los objetos o productos se vendan.

“Dejo 15 o 20 frascos en el exhibidor del negocio receptor de mis mermeladas y semanalmente los voy reponiendo. Al final del mes los frascos que se hayan vendido son los que cobro, a un precio que le he puesto a la persona que los recibe para distribuírmelos. ¿Y cuánto dinero se gana ese distribuidor? pregunta elCaribe. “Al consumidor final le llega el frasco de mermelada a 150 pesos. Pero yo los vendo a 115 pesos cada uno”, responde. Eso significa que el vendedor o consignatario termina ganándose por cada frasco un 23% de la comisión. La producción semanal de Edgar es de entre 30 y 35 frascos en promedio. “Aspiro a mucho más. Aspiro a ser grande”, indica. Marleny Marte, la propietaria del Comedor La Abuela, dice que Edgar aún es medio tímido. Sin embargo, el emprendedor sancristobalense sabe “vender muy bien lo que hace” y argumentos nunca le faltan. El negocio de Marleny es uno donde los comensales que llegan pueden –además de las recetas culinarias- irse con una mermelada de uno de los sabores que siempre tiene disponible Edgar Santana.

Con una maleta de ideas

La elaboración de mermeladas es solo uno de los proyectos que ha emprendido. Hace dos años hacía batidas de proteínas en el Mirador Sur de la capital junto a un primo y un amigo. “Eran batidas para gente que va a los gimnasios”, explica. El negocio fue cerrado y se quedaron con la idea sobre qué otra cosa hacer. Una de las ideas que habían surgido era la de trabajar en frutas deshidratadas que tienen alta demanda a nivel internacional. En eso de frutas deshidratadas también estuvo un tiempo.

Edgar es egresado de la Escuela de Comunicación y Negocio JVL y realizó un curso técnico de Mercadeo en Centu. Es un tipo con aspiraciones y cada día lo pone en evidencia. Su formación inicial es de un colegio adventista y del politécnico Loyola.

Desde la infancia le encanta hacer negocios. Soñaba con ser empresario y está transitando a conseguirlo.

Tiene una mezcla entre lo cubano y dominicano

Edgar Santana es hijo de comerciante dominicano y su madre es de origen cubano. “Ambos se conocieron en Ucrania, en los tiempos de la Guerra Fría y la Unión Soviética”, rememora el emprendedor. Y agrega: “Mi madre realizó sus estudios en economía socialista y mi padre en ingeniería eléctrica, ellos procrearon dos hijos, mi hermano mayor Saúl Santana Ramírez y yo, Edgar Santana Ramírez”. Tiene el celular 809-765-7569 y el correo electrónico [email protected]. En Facebook se consigue como Ricon Mermeladas.

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