Este distinguido “médico de París” nació en San Pedro de Macorís en marzo del 1896. Realizó sus estudios secundarios en la Escuela de Bachilleres de Santo Domingo, en donde obtuvo su título de bachiller en Ciencias y Letras. Se inscribió en el Instituto Profesional, en la carrera de Medicina, y se graduó en la Universidad de Santo Domingo, que fue reabierta en el 1914, por el Dr. Ramón Báez, con el título de licenciado en Medicina en el 1919.

En ese mismo año recibió el exequátur del poder ejecutivo. Su hermano Félix, estudió farmacia y se hizo doctor en Medicina en el 1943.

Luego de terminar sus estudios el Dr. Benzo Chalas se trasladó a París, para completar su formación y recibir el título de doctor en Medicina. Realizó cursos sobre todo en el área quirúrgica, y regresó al país en el 1927, con su diploma de la Universidad de París.

En el 1928 fue nombrado como médico residente del Hospital Padre Billini, trabajando especialmente en el área de cirugía, y en el 1929, tras la muerte del Dr. Ramón Báez M., fue designado como coordinador del área quirúrgica. Ya en París había descollado como diestro cirujano, e incluso la revista “Blanco y Negro” le dedicó un reportaje sobre los éxitos como cirujano del Dr. Benzo Chalas.

Tan pronto asumió la dirección del departamento de cirugía en el Hospital Padre Billini, inició al decir del Dr. Fernando Sánchez Martínez: “ una actividad meritoria hasta alcanzar merecida fama de ser uno de los primeros cirujanos dominicanos”. Ocupó el cargo de director del Hospital Padre Billini, y en el período 1938 al 1940 fue secretario de Estado de Sanidad y Beneficiencia.

De igual forma desde el 1932, fue profesor de la Universidad de Santo Domingo, a la que ingresó por concurso de oposición para impartir las asignaturas de Clinica Quirúrgica, Terapéutica Médica, Medicina Operatoria, Urología, Técnica Quirúrgica y Terapéutica Quirúrgica.

Tanto en el quirófano como en las aulas universitarias, el Dr. Benzo Chalas se destacó por su deseo de hacer las cosas bien, y sus estudiantes daban fe de ello.

Por su fama era el médico de cabecera del tirano Rafael L. Trujillo, y cuando éste enfermó de Ántrax en el cuello, fueron consultados médicos dominicanos y extranjeros.

De acuerdo a lo escrito por el Dr. Joaquín Balaguer, el médico cubano Dr. Pedro Castillo, opinó que debía extirparse el foco infeccioso sin perder ningún tiempo. El Dr. Benzo, fue llamado para realizar esa operación, pero estuvo en desacuerdo con el eminente profesor cubano, y para justificar su desición de no operar dijo: “no estoy en disposición de operar a un muerto”.
El tirano Trujillo fue operado exitosamente por el Dr. Darío Contreras Cruzado, que fue el único que se atrevió a intervenir. Las palabras del Dr. Benzo, representaron rápidamente su caída en desgracia con el régimen.

En la primera plana del periódico La Nación del 9 de agosto del 1940, se daba la noticia de que el Dr. Benzo había sido detenido por malversación de fondos, en la época que dirigía el Hospital Padre Billini. Fue llevado preso a la Fortaleza Ozama, despojado de su condición de secretario de Estado y cancelado su nombramiento como profesor de la Universidad de Santo Domingo.

Luego de ser liberado, volvió a su consultorio de la calle José Reyes, y eventualmente regresó a las aulas universitarias. El Dr. Rafael Miranda, escribió sobre él: “el Dr. Benzo goza de grandes virtudes, y una de sus mayores prendas la constituye el haber servido a la humanidad con verdadera vocación y amor de médico”. Recibió el título de Profesor Meritísimo de la Universidad de Santo Domingo en el 1958.

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