El presidente Danilo Medina habló ayer. Lo hizo en un acto de inauguración de una carretera de diez kilómetros que une a las comunidades de Bohechío, provincia de San Juan, con Padre Las Casas, provincia de Azua. La vía saca del aislamiento a Bohechío, ubicado en la ladera sur de la cordillera Central, y amplía el circuito vial sureño, tan importante para el impulso de esas comunidades.

En ese acto, en el que aparentemente no estaba programado que Medina se dirigiera al público, habló el ser humano en el entorno que lo vio crecer.

Fue un discurso emotivo. Le sirvió para recordar figuras de Padre Las Casas y el papel que jugaron en el desarrollo político local y particularmente, refirió un personaje que impactó la vida del joven Danilo Medina: Guido Féliz, de quien dijo que lo acercó a las ideas que encarnaban el avance social. En efecto, uno de los puentes de la carretera lleva ahora su nombre.

El Presidente se ha tomado en serio el desarrollo rural, de las comunidades que no ven llegar el progreso, y entre ellas están muchas de las enclavadas en la cordillera Central, donde impulsa varios proyectos de reforestación y producción de café, aguacates y miel. Él está persuadido de que mediante este programa protege las cuencas de los ríos que alimentan los sistemas de las presas de Sabana Yegua y Sabaneta, claves para la agricultura de Azua y el valle de Neiba.

Está convencido de que los múltiples propósitos de sus proyectos conllevarán una transformación extraordinaria de Bohechío, Padre Las Casas y las comunidades de su entorno. Las inversiones en curso de varios cientos de millones de pesos conducirán a un antes y un después en las vidas de esa gente.

Es estimulante el compromiso que manifiesta el Presidente por esas comunidades, que con entusiasmo, esperan las realizaciones.

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