El pasado jueves, el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), tal y como viene haciéndolo desde el 2007, reconoció a siete de sus estudiantes meritorios. Estudiantes que se han distinguido no sólo por sus calificaciones sino por sus aportes a la sociedad, tanto en el país como en el extranjero.Su rector, el buen amigo Rolando Guzmán, en sus palabras describe a los estudiantes del centro académico como abejas. Un símil excelente porque las abejas son conocidas como las mayores polimerizadoras del mundo. Como bien decía el rector, las abejas del INTEC “esparcen por el mundo el polen de rigor científico, responsabilidad social, solidaridad, innovación continua e integridad”.

El INTEC se forma en año de 1971, sobre la base de un grupo de profesionales, que más que carreras tradicionales buscaban carreras de postgrado. Lo que más ha distinguido a este centro de estudios universitarios ha sido su vinculación con la sociedad civil, sus continuas propuestas de reformas y al igual que otros centros de estudios universitarios, la transparencia y el desarrollo de valores.

He mantenido una relación con muchos de sus gestores y rectores y han sido varias las veces que me ha tocado dar charlas en un centro de estudio, donde los estudiantes tienen que dedicarse por completo al estudio, ya que las carreras son más cortas, no por impartir menos horas de docencia sino, porque, a diferencia de las demás universidades, las clases se imparten por trimestres sin interrupción, devolviendo en más corto tiempo profesionales capacitados a la sociedad.

De los siete reconocidos, tres eran mujeres, que sin duda se han destacado en la sociedad sin necesidad de cuotas como es necesario hacer en los partidos políticos. Una cuota que no es más que el temor que tiene el hombre al talento y a la capacidad de la mujer. Siempre he dicho que la mujer es capaz de hacer cinco cosas bien al mismo tiempo, mientras los hombres apenas somos capaces de hacer una. La mujer es la reina de la colmena.

De los galardonados en algún momento compartí profesionalmente y personalmente con algunos de ellos. En el caso de Magín Díaz, me tocó el honor de hablar sobre él en el video institucional que se realizó de cada galardonado. Sin dudas, un gran profesional, que como dijo, estudió con beca en ingeniería, gracias al deporte, como campeón de ping pong que fue. Destacado como funcionario público y como académico, con excelentes relaciones con los organismos internacionales.

Con José Luis de Ramón, mantengo una excelente relación, es un gran economista y su capacidad de analizar y conciliar intereses empresariales es reconocida por todos. Socio principal de la firma de asesores y auditoría Deloitte.

Con Iluminada Hernández y Miosotis Rivas, he interactuado con ellas en ciertos momentos de mi devenir como dirigente empresarial. Mujeres talentosas, con calificaciones impresionantes y defensoras de las políticas de género.

El doctor Rafael Fonseca, es un verdadero orgullo para los dominicanos, no sólo por su capacidad como neonatológo, sino que ha logrado presidir la Asociación de Médicos Hispanos de Houston, poniendo el nombre del país en alto.

Alexis Vidal, con un doctorado en economía de la Universidad de Surrey, en Inglaterra, dirige la Unidad Asesora de Análisis Económico y Social del Ministerio de Planificación Economía y Desarrollo.

Katherine Motyka, ingeniera graduada con honores y con estudios en Ciencias de Materiales de la Universidad de Jonkoping, en Suecia, es la presidenta y fundadora de Jompeame.com, plataforma en línea, dedicada a resolver problemas sociales. Según su página, ya ha recaudado más de siete millones, tiene más de siete mil donantes y han completado ciento cincuenta y siete causas diferentes, tocando la vida de muchos dominicanos.

Una gran selección de talentos, que sin dudas elevan la calidad del profesional de nuestro país.

El himno del INTEC describe en una de sus estrofas perfectamente a estos profesionales, cuando dice “compañeros, tengamos la esperanza que la tierra va urgiendo con su voz.

Juventud que se sabe destinada a forjar una nueva sociedad, adelante, que en el alma ya han brotado los frutos de la paz”.

Comentábamos Manuel Estrella y yo, que todos los galardonados además del éxito profesional tenían algo en común, todos habían estudiado con becas. Eran estudiantes que no contaban con recursos y supieron aprovechar las becas para cambiar sus vidas.

Fue un placer encontrarme con Luis Toirac, quien siendo muy joven trabajó conmigo, una abeja sin dudas, quien me recordó que aún guardaba el durómetro para medir la dureza de las suelas de zapatos que hace tantos años le regalé. Hoy director del Departamento de Ingeniería.

Un gran evento que se distinguió por lo emotivo, por lo organizado y sobre todo por no cometer el error de muchos eventos que por lo extenso del tiempo el público pierde concentración.

Mis felicitaciones al amigo Rolando Guzmán y a la Junta de Regentes y a un profesorado comprometido en educar abejas que diseminarán el polen del saber, mantendrán el ecosistema y si no inciden como las abejas en los alimentos, sin dudas lo harán siendo ciudadanos responsables de mejorar las condiciones sociales, políticas y económicas de nuestro querido país.

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