Otra historia de amor entre noble y “plebeyo” tiene a la monarquía inglesa, la más destacada de las rancias monarquías europeas, en la palestra internacional. Es el noviazgo entre el príncipe Harry y la actriz y divorciada estadounidense Meghan Markle, que resulta más “escandaloso” aun porque ella es además mulata y tres años mayor que él. Pero los tiempos cambian y parece que Harry no tendrá que renunciar a sus derechos reales para poder casarse con ella, como hizo en 1936 el rey Eduardo VIII para matrimoniarse con su amada, la “plebeya” y divorciada Wallis Simpson. La familia real tendría un primer miembro “mestizo” y Harry y Markle serían la primera pareja real interracial. Distracción frívola pero también señal de apertura moderna.

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