En el teléfono diseñado por el austríaco Klemens Schillinger se pueden realizar varias funciones.Se trata de un dispositivo del tamaño de un smartphone promedio que cuenta con cinco versiones distintas y que imita con unas pequeñas cuentas de piedra los diferentes movimientos que hacemos con nuestras manos cuando usamos aparatos inteligentes, como hacer zoom, deslizar el dedo sobre la pantalla o arrastrar objetos. Cada vez son más las personas que admiten tener una adicción hacia el aparato. De hecho, existe una palabra para definir el miedo irracional a quedarse sin acceso al celular: nomofobia. El diseñador del teléfono de sustitución asegura que él mismo sintió esa sensación cuando comenzó a usar su primer smartphone. Según un estudio reciente (2016). Las personas tocan su celular un promedio de 2,617 veces al día. Y los más adictos (el 10 %) lo hacen hasta 5,400 veces.

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