El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha dado a conocer en el Informe de Desarrollo Humano 2017 que el 22% de las mujeres dominicanas entre 12 y 19 años han estado embarazadas, tasa 34% más alta que el promedio de los países de América Latina y el Caribe.El representante residente del PNUD, Lorenzo Jiménez de Luis, puntualizó que este reto impacta de forma directa o indirecta en el 50% de la población, “lo que hace que se fortalezca la brecha de la desigualdad y la pobreza”.
El Informe subraya que el embarazo adolescente se constituye en un círculo vicioso que reproduce la pobreza intergeneracionalmente, pero también produce recaídas debajo de la línea de pobreza.
“Las causas del embarazo en la adolescencia son múltiples, pero sus efectos sociales, económicos, y políticos, se visualizan muy concretamente en la calidad de vida de las jóvenes, sus familias, comunidades y en sus posibilidades y oportunidades para lograr bienestar y vidas dignas”, revela el documento, que considera imprescindibles la implementación de políticas integrales, enfocadas en la inversión pública diversificada, de provisión efectiva de servicios y de amplificación de oportunidades de futuro.
Jiménez de Luis señaló que esta problemática impide el cumplimiento de algunos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, como el primero, enfocado en la erradicación de la pobreza; el tercero, que busca garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades; o el décimo, que promueve la reducción de la desigualdad, entre otros.
Expresa que con la adopción de los ODS, el país enfrenta el desafío de traducir el alto crecimiento económico en una ampliación de oportunidades de las personas, sin discriminaciones ni exclusión de ningún segmento de población.
En la actividad estuvieron presentes la vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño; la ministra de Salud Pública, Altagracia Guzmán Marcelino; la ministra de la Mujer, Janet Camilo; entre otros funcionarios y representantes de organizaciones sociales.
El informe observa que el 11% de los miembros de 15 años o más, residentes en los hogares encuestados, afirmó que no sabe leer ni escribir, porcentaje que se incrementa al 14% en el caso de los hombres y se reduce al 9% en el caso de las mujeres.
En ese sentido, agrega que el 7% de los miembros de los hogares inició sus estudios a partir de los 8 años, sin diferenciar sexo, lo que revela un rezago en el inicio de la educación formal, lo que podría incidir en las posibilidades de deserción escolar y las consecuentes limitaciones en la construcción de capacidades.
“El impacto a nivel educativo es más evidente. Lo vemos cuando la joven madre, o el padre, dejan de estudiar, porque, por lo general la madre siente vergüenza y rechazo por la sociedad, mientras que el padre, en muchos casos, siente la necesidad de suministrarle a la pareja”, detalló Jiménez de Luis.
La zona sur y fronteriza presentan más casos
El informe detalla que las provincias de la zona sur y la región fronteriza del país son las que más casos de adolescentes embazadas presentan, sobresaliendo Elías Piña, Independencia, Pedernales, Azua, Bahoruco y Barahona, donde existe un desarrollo humano bajo y medio bajo, de acuerdo con la clasificación nacional de desarrollo humano. En la actividad estuvieron presentes la vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño; la ministra de Salud Pública, Altagracia Guzmán Marcelino; la ministra de la Mujer, Janet Camilo; entre otros funcionarios.
