“Luis” de Archie López: de Cannes a Santo Domingo

Luego de pasearse por varios festivales internacionales, el largometraje de Archie López, el primer drama que escribe, se presentó en gala premier en el Palacio del Cine Blue Mall de Santo Domingo.

El largometraje de Archie López llegará a todas las salas de cine del país a partir del próximo 21 del mes en curso

Luego de pasearse por varios festivales internacionales, el largometraje de Archie López, el primer drama que escribe, se presentó en gala premier en el Palacio del Cine Blue Mall de Santo Domingo.

Dado que la película Luis, de Archie López, en estos días se estará poniendo en nuestros cines, permítanme contarles sobre mi reacción cuando la vi exhibirse, este mismo año, en el Festival de Cine de Cannes. Empiezo por aclarar que cuando asisto a ver una película, hago un esfuerzo serio por despojarme de mi supuesta condición de experto. El arte no se hace para los especialistas, sino para el espectador general. Trato de ver la obra de arte como un público más. Es después que llego a mi casa cuando procuro reflexionar sobre lo presenciado. Si no se hace así… ¿saben qué ocurre? Se prejuician las consideraciones.

Me senté en la sala cuatro del cine Grey. Sentí algo de temor porque sólo había allí cuatro personas. Al poco rato estaba llena. Por supuesto, que imaginaba que al final estaría por mitad. Había ido a ver antes la película chilena Los perros, y de los espectadores que acudieron, al final se había ido una gran cantidad. No porque rechazaran el film, sino porque otras urgencias fílmicas ocurren en Cannes. En el caso de Luis, productores y comunicadores del mundo cinematográfico habían advertido que nada más verían unos veinte minutos de la película. ¡Nadie salió nunca de la sala!

Ellos, igual que yo, quedamos atrapados por la historia, a la que juzgo contada con seriedad y eficiencia, sin que se llegue a la perfección.

Es una historia de un cine realístico. Es frecuente caer con ese estilo en el facilísimo. No fue el caso. Me impresionó el uso de los planos argumentales y emocionales de la película. Resulta original que, mientras se desarrolla la particular historia del coronel Rosario (Alfonso Rodríguez) en la rudeza del cuartel, paralelamente se esté desarrollando la historia casquivana de su hijo Luis. Esas dos, a medida que avanza la realización, se van entrecruzando para, finalmente, producir todo el drama que nos están contando. Las vueltas que da Archie López con sus planos argumentales, legitiman la historia y nos la pautan como creíble. Si no la llevasen de esta manera, quizás el espectador simple la aceptaría; pero un exigente entendería que le han artísticamente estafado. La historia se desarrolla en su “tempo”.

Cuando los dos particulares argumentos logran juntarse (en la muy bien y hasta delicada escena de la casi orgía), los guionistas están dando pistas maestras. Es allí, en ese encuentro, donde el deterioro vivencial de ambos personajes y sus particulares historias, nos avisan del drama final, cuya escena concluyente es de una belleza plástica, aunque cruda, extraordinaria y artística.

Hay que reconocer que el cine dominicano ha resuelto un terrible mal que lo aquejaba: el aspecto técnico. Luis tiene muy buena fotografía, buen sonido, muy buena música, adecuado vestuario, buena dirección de arte, buenas locaciones; que la convierten en una aplaudible producción. La actuación de Alfonso Rodríguez es buena, convincente, creíble y emotiva. Pienso, no obstante, que no debió utilizar un lenguaje tan “tirao”, dado que su personaje es un militar académico, capaz de escribir hasta un nuevo sistema para la Policía. Hace algunos años, encontrar un militar que hablase correctamente era muy difícil. Ahora es casi imposible encontrar un oficial superior que no lo haga. Esta ruptura léxica, en boga en nuestro cine actual, sí se justifica en los tres jovencitos que constituyen el eje conductual de la película.

El personaje de Luis está bien llevado. Lo compro. Axel Mansilla, sin todavía ser un actor perfecto, me lució orgánico. Igual me pareció el personaje de Ibrahim (Sergio Echenique). Empero, Alejandro Rodríguez tendrá que ver pasar algún tiempo para despojarse de su amateurismo.

La madre de Luis (Nancy Santelises), sin ser espectacular, cumple el rol. Quizás su punto débil es la dramática última escena. No la logró. Claudio Rivera está magnífico en su periodista tendenciado. Raymond Pozo, Miguel Céspedes y Cheddy García no resultaron la mejor selección para sus respectivos personajes. Son buenos actores. Me consta. Pero la misma película nos grita cuál es la intensidad actoral que ella demanda.

Luis Manuel Aguiló cumple el cometido. El siempre talentoso Cuquín Victoria, en rol dramático, está de maravillas. Ante él me inclino reverente. La actriz que hace el muy buen personaje de la Teniente (Dalissa Alegría) está de que los productores la demanden por ridiculizar su personaje. Eddy Herrera está, sin trascender al estrellato, bastante bien.

Esta es la opinión crítica de un artista y escritor. Como tal, no tengo compromiso con ninguna empresa ni tendencia. Tampoco estoy obligado a denunciar defectos inexistentes que la condición de crítico parece obligar hoy a encontrar.

Bertolt Brecht decía que el arte tenía que ser, primero, entretenido. Luis lo es. Pero, también es aleccionadora. Su realidad social la hace trascedente. Esos son los elementos que constituyen el arte.

Axel Mansilla, Sergio Echenique y Alexander Rodríguez en una escena del filme.

Filme
La cinta Luis fue proyectada en festivales internacionales previo a su estreno en la República Dominicana.

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