Diciembre 1961

Al momento de la muerte de Trujillo en mayo de 1961, el presidente de la República era Joaquín Balaguer. Pero no pudo ejercer totalmente el poder por la presencia en el país de todos los familiares del gobernante ajusticiado, especialmente de su hijo Ramfis, que en esos momentos había sido designado Jefe de Estado Mayor Conjunto Aire, Mar y Tierra. Es decir, jefe de todas las fuerzas armadas, que seguían siendo leales a los jefes que habían tenido por mucho tiempo. En noviembre de 1961, las situaciones que se habían producido en el país, forzaron la salida de Ramfis y de todos sus familiares. Balaguer quedaba así en pleno ejercicio del mando. Como parte de una de las medidas para afianzarse en el poder, Balaguer tomó varias acciones demagógicas, tratando de eliminar todo conato de insurgencia o de disgusto de parte, o de una parte, de la población, y es cuando en diciembre de ese mismo año crea una cooperativa de choferes, con el fin de que cada chofer de carro público dedicado al servicio urbano o interurbano se convirtiera en el propietario del vehículo que manejaba, dentro del menor tiempo posible, y que dicha condición pudiera mantenerse.

La razón de esta medida fue que, en ese entonces, los vehículos del transporte público eran arrendados a los conductores, por empresas que se dedicaban a dicho fin, algunas de las cuales eran propiedad de Eloy Barón, de Baby Sánchez, de Pedro Capllonch y de Juan Cánovas Martínez, entre otros.

El objetivo principal de Balaguer era ayudar a una clase trabajadora con muchas necesidades económicas. Con esta estrategia, el presidente trataba de asegurar un ambiente de paz y sosiego en la sociedad dominicana, ya que en los meses anteriores el país había vivido una crisis política que afectó por completo el orden público nacional.

Unos 1,033 choferes que fueron favorecidos con la donación de vehículos, también recibieron casas para sus respectivas familias y una contribución económica para la renovación de sus licencias de conducir.

La ley que creó la Asociación Cooperativa de Choferes
Esta legislación establecía la creación de una organización choferil de automóviles públicos destinados a las zonas urbanas e interurbanas debidamente inscritos para tales servicios. Se decidió que para el año 1962, el Presupuesto y Ley de Gastos Públicos incluiría 200 mil pesos anuales como una contribución del Estado, que se entregaría a la asociación choferil, destinada a ayudar a los choferes agremiados del país. También instituía que el Poder Ejecutivo, de acuerdo a la Ley N° 344 del 29 de julio 1943, dispondría la expropiación en beneficio del Estado de los carros que manejaban los choferes, con el propósito de destinarlos a la asociación.

Además, exigía que una vez redactados los estatutos de esa organización, debían someterlos al Poder Ejecutivo para su aprobación y solicitar su incorporación como personalidad jurídica de acuerdo con la Ley N° 4332 de fecha 19 de noviembre de 1955.

Entrega de los vehículos

La primera entrega de los automóviles se realizó el 11 de diciembre de 1961 en la avenida George Washington, frente al hotel Jaragua, en la que 227 choferes del Distrito Nacional y de la ciudad de Santiago fueron los beneficiados. La segunda entrega se realizó el 28 de diciembre de ese mismo año, en los alrededores del Palacio Nacional. Los beneficiados fueron 567 choferes de carros del transporte público, y 420 conductores de automóviles y camiones, a quienes se les entregaron 50 pesos para la renovación de sus correspondientes licencias de conducir y, asimismo, se les entregó la misma cantidad de dinero para pagar las multas que tenían pendientes. 46 choferes recibieron casas para sus respectivas familias y 50 pesos para sus traslados.
A nombre de los choferes beneficiados, dio las gracias el señor Teófilo García Girón, secretario del Sindicato de Motoristas.

Inconformidad

Las concesiones choferiles realizadas no dejaron a todos contentos, como apreciamos en la foto 1, que acompaña esta nota de diciembre 1961, donde vemos a un grupo de hombres protestando con cartelones en manos, exigiéndole al presidente Balaguer que se reuniera con ellos para exponerle sus necesidades.

Entrega de las guaguas

Siguiendo con los donativos, el día 12 de diciembre, según se aprecia en la foto 2, también fueron agraciados los choferes de guaguas públicas, quienes recibieron 20 unidades para el servicio del transporte público. Los cobradores que de igual forma trabajaban en esos vehículos, en virtud de un contrato suscrito con los respectivos choferes, se beneficiarían con un 15% de las entradas brutas producidas.

La persona encargada de hacer la formal entrega de las guaguas fue el director de Rentas Internas y Bienes Nacionales, José A. Quezada, en un acto que se celebró en la calle Manuel María Castillo, frente al Palacio Nacional.

Asimismo, el 17 de diciembre de 1961, fueron entregados 27 motonetas y 172 triciclos, a un total de 199, a padres de familia de escasos recursos económicos, en el plan de mejoramiento social y económico que había implantado el gobierno en favor de las clases más necesitadas.

Esta política de Balaguer para beneficiar a los choferes, fue continuada por el Consejo de Estado, ya presidido por Rafael Bonelly, en febrero de 1962, foto 3, cuando les hizo una visita a los conductores de autobuses urbanos para entregarles unas tarjetas de identificación que contenían las faltas cometidas por éstos, con el propósito de que las mismas fueran destruidas. Los choferes gozaron en ese momento de la propiedad de vehículos que no habían comprado, y de impunidad… situación que sigue vigente.….

Estos donativos han tenido repercusiones hasta el día de hoy, con cientos de rutas de carros y guaguas públicas en todo el territorio nacional, con gremios choferiles más exigentes cada día, con una fuerza tan potente que son capaces de paralizar el país, de imponer sus demandas, de desobedecer las leyes de tránsito, de evitar la competencia de todo tipo, y de, prácticamente, actuar como “chivos sin ley”.

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