Tras el golpe devastadoR de los huracanes María e Irma, muchos puertorriqueños han dejado la isla en dirección a Estados Unidos. Ahora resulta que se necesita gente para las labores de reconstrucción, por lo que las autoridades locales de migración están siendo menos severas con los indocumentados, incentivo más que suficiente para que dominicanos (pese a la teórica “bonanza” del terruño) y haitianos sigan con sus tradicionales viajes ilegales por mar hacia la vecina isla. Sin embargo, la Guardia Costera no tiene que ver con eso y sigue con su labor de interceptar y apresar viajeros ilegales, como ocurrió recientemente. Bienaventurado el viajero ilegal que llegue ahora a Puerto Rico. Paradójicamente, podrían acogerlo bien en vez de perseguirlo y deportarlo.

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