Tanto ser presa del pánico como ser preso del pánico son expresiones válidas. En los medios de comunicación es habitual encontrar frases como «El atleta alegaba que abrió fuego presa del pánico al confundir a Steenkamp con un ladrón», «El hombre, preso de la desesperación, amenazó con tirarse por el balcón de la vivienda» o «Algunos de los residentes malviven presos del miedo en un entorno completamente hostil».

De acuerdo con el Diccionario panhispánico de dudas, en la construcción presa de + sustantivo, presa puede interpretarse como nombre epiceno y, como tal, no varía su forma con independencia de que el sustantivo al que se refiere sea masculino o femenino: «El hombre, presa del pánico, huyó» o «La mujer, presa del pánico, huyó».

Esta misma obra señala que en el habla culta suele preferirse mantener el sustantivo en singular, aunque el referente sea plural: «Marido y mujer, presa del pánico, huyeron» (si bien también se admite «Marido y mujer, presas del pánico, huyeron»).

Por otra parte, también es posible entender preso como antiguo participio de prender, en cuyo caso lo adecuado es establecer la concordancia de género y número con el referente: «El hombre, preso del pánico, huyó», «La mujer, presa del pánico, huyó» y «Marido y mujer, presos del pánico, huyeron».

Teniendo en cuenta todo lo anterior, los tres ejemplos iniciales son válidos: en el primero, presa se usa como sustantivo, mientras que en los dos siguientes preso y presos funcionan como participios concordados.

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