Las vueltas en círculo

La semana pasada, en la columna que tiene todos los jueves Marisol Vicens, se refería a que nuestros problemas son siempre los mismos y que vamos dando vueltas en círculos hasta pisarnos la cola.

La semana pasada, en la columna que tiene todos los jueves Marisol Vicens, se refería a que nuestros problemas son siempre los mismos y que vamos dando vueltas en círculos hasta pisarnos la cola.

El artículo generó muchos comentarios en las redes, donde muchos estuvieron de acuerdo y un apreciado pariente comentaba que de alguna forma los empresarios éramos muy pasivos frente a la solución de los problemas que Marisol considera como recurrentes.

Lo primero es que no creo que los empresarios seamos indiferentes frente a las deficiencias que rutinariamente adolece el país. Pero a pesar de esas deficiencias, también tenemos que reconocer que el país goza de estabilidad y que internacionalmente nos miran mucho mejor de lo que nos vemos internamente.

Con insistencia, especialmente los que ocupan la presidencia de nuestras organizaciones y los que mantenemos presencia activa en la prensa escrita, radial o televisada, tratamos los diferentes temas económicos, sociales y políticos que de alguna forma afectan al país.

Es común oír a los empresarios no sólo tocar los temas que les atañen, sino también aquellos que tienen importancia nacional, porque si nuestros costos aumentan, también aumentan los precios y disminuyen los empleos.

El Conep celebró su convención donde planteó una serie de reformas necesarias para que el país pueda ser competitivo. Acepto que posiblemente no hemos insistido lo suficiente en las mismas.

Mi pariente Carlos Marranzini, joven muy crítico y activo en las redes sociales, como debe ser, mencionaba el liderazgo de Don Payo Ginebra y de otros y se lamentaba que ya no era así, lo cual no estoy de acuerdo, ya que las diferentes instituciones empresariales han tenido y tienen voces muy responsables.

Lo que sí ha sucedido es que tenemos un partido con todos los poderes, una oposición debilitada que parece activarse alrededor del PRM y cuando algunos me podrían decir que el presiente Balaguer tenía todos los poderes, existía una oposición fuerte con los liderazgos del profesor Bosch, de Peña Gómez y otros no menos importantes.

El tema de la competitividad viene siendo abordado desde una comisión creada por el Presidente y que ya ha obtenido resultados importantes, que mejorarán la capacidad exportadora y esto es fruto al esfuerzo empresarial, con el Conep a la cabeza.

El tema de la educación es un tema que no está nunca ausente de nuestra agenda, no sólo de palabra sino con hechos, apoyando la calidad del gasto y ofreciendo apoyo para mejorar la capacitación de nuestros maestros. Hay que recordar la participación activa del empresariado en el reclamo del 4% para la educación.

Desde nuestras organizaciones criticamos el gasto excesivo y en algunas instituciones el manejo inadecuado de los recursos del gobierno y a la vez la evasión de impuestos, como algo nocivo para el país. Ambas situaciones limitan la disminución de la pobreza y la mejoría en la distribución del ingreso.

Algunos somos más atrevidos y sin ser políticos aceptamos posiciones en el gobierno como parte de lo que entendemos es nuestro compromiso con un mejor país; otros participan activamente en la marcha verde, como una forma de protesta colectiva.

Con esto no quiero decir que exigimos lo suficiente, pienso que hemos sido débiles en pedir que definitivamente se apruebe la ley de partidos y el control de los gastos y del tiempo de campaña, porque es más fácil cambiar la Constitución que aprobar estas leyes fundamentales para el ordenamiento del sistema partidario.

Hemos criticado el barrilito, ya que limita la posibilidad de nuevos liderazgos, porque resulta imposible competir contra un candidato que durante cuatro años ha gozado de fondos que aún invertidos en obras en sus comunidades resulta una forma de campaña política de cuatro años.

Son muchas las debilidades institucionales de nuestro país, pero sería injusto decir que no hemos avanzado y que el sector empresarial no pone su grano de arena para seguir mejorando. Al fin y al cabo, el país es de todos y es a todos que nos beneficia que lo pendiente por resolver no siga dando vueltas en círculos.

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