El ambiente que se vive en el Aeropuerto Internacional Las Américas (AILA) no es el mejor para los cientos de pasajeros que se encuentra varados en la terminal aérea debido a la suspensión de los vuelos de Pawa Dominicana.

Los alrededores de la pequeña oficina de la Junta de Aviación Civil (JAC) son el lugar donde desde el pasado martes pernoctan los pasajeros, varios de ellos de Curazao, Cuba, Venezuela y de República Dominicana. “Es un relajo el que tienen con nosotros”, dijo Carlos Matos Sánchez, quien tiene programado viajar a Antigua y Barbuda para estar en compañía de su familia. “Tengo tres días en el aeropuerto. No hemos recibido ninguna información sobre nuestro caso y qué es lo que van a hacer”, agregó el nativo de Barahona.

Rechazaron el planteamiento de Pawa Dominicana de reemborsarles el dinero a través de un banco comercial. “Ellos (Pawa) lo que van a hacer es reembolsarnos lo que entiendan. Yo quiero mi dinero en efectivo o que me compren un vuelo para ir a ver mi mujer que está embarazada. Está bueno de aplicarle una demanda”, expresó Matos Sánchez.

Esos reclamos eran escuchados por Alex Santana, director de Facilitación de la JAC, quien dijo que trabajan en la búsqueda de una solución y que los pasajeros puedan estar de regreso a sus diferentes destinos.

“Se está trabajando y se está negociando para que esos pasajeros puedan tener un transporte en los próximos días. Esperamos que dentro de las siguientes 48 horas se pueda tener una respuesta positiva de lo que va a suceder con esos pasajeros y las vías por donde se puedan ir”, indicó Santana. No ofreció datos de la cantidad de pasajeros que han sido asistidos por personal de la JAC en el AILA, aunque reveló que unos 700 viajeros han podido regresar a sus diferentes destinos.

La cancelación de los vuelos de Pawa Dominicana desde el pasado domingo, por disposición de la Junta de Aviación Civil, obedece a que la aerolínea adeuda al Estado dominicano 7.8 millones de dólares (374.4 millones de pesos).

“Nos dicen que no hay vuelo, que Pawa tiene un embargo”, dijo Melfried Kwidama, de Curazao. “Vine a este país a vacacionar y ahora cuando quiero irme me encuentro con esta situación. Yo tenía que irme antes de ayer (el miércoles). El poco dinero que me quedaba tuve que gastarlo para no pasar hambre”, agregó.
La desesperación por llegar a sus hogares se refleja en lágrimas por parte de los pasajeros que han tenido que gastar el poco dinero en comprar comida.

Sólo agua han recibido por parte de la JAC

Una de las pasajeras que omitió su nombre dijo que en los tres días que lleva varada en el AILA sólo agua es lo que han recibido por parte de las autoridades de la JAC. “Aquí no piensan en uno. Apenas nos dan agua y es porque se la pedimos. No queremos imponer el caos en el aeropuerto ni muchos menos seguir llamando la atención por esta situación. Lo que queremos es que nos resuelvan y nos manden para nuestros hogares”, manifestó la dama.

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