Tranquilos

Las resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos no son vinculantes para los Estados americanos, pero tienen peso y así no se hizo esperar el rechazo de sectores conservadores a su dictamen de que los Estados debían reconocer y garantizar todos los derechos derivados de un vínculo familiar entre personas del mismo sexo, incluido matrimonio. En Costa Rica, sede del organismo, por el impacto del dictamen el candidato favorito para ganar las elecciones es un legislador evangélico, opositor del matrimonio igualitario. Y aquí se sienten “tranquilos” pues habría que modificar la Constitución para legalizar el matrimonio homosexual. Fácil para la reelección e intereses políticos, pero para el derecho de muchos dominicanos a la felicidad y a no ser discriminados, imposible.