Me sumerjo en su luminoso rostro, que me llama a acariciarla.  Entonces, bajo con mis dedos a hurgar en las claves de su inmensa memoria, de su lógica binaria, para disparar te quieros, versos, aceptaciones, rechazos, puntos suspensivos, cantos, contracantos y orgasmos literarios….Y en el dulce reposo de la palabra escrita, grabo el recuerdo imborrable de nuestro encuentro, que podré mañana convocar para suspirar nostalgia. (Pero bien sé que, para tener toda su incondicionalidad, debo protegerla de virus, darle delete a todo indeseable y revisar todas sus ventanas, en una de las cuales salvo este homenaje a mi PC adorada).

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