El hombre legión fue el primero que interrumpió el sueño de nuestra vida colonial para redimirnos. El hombre-idea fue el primero en concebir la patria inmensa y el que en su cerebro ecuatorial nos hizo coeficientes de esa patria malograda. El hombre–humanidad fue el primero que, sin Cuba y sin Borinquen declaró incompleto el continente y quiso abrazarnos en su fuego redentor e intentó abrazarnos en su brazo salvador; éramos para él pedazo de la humanidad que redimía. Eugenio María de Hostos.
Los grandes líderes de la independencia nacional puertorriqueña invocan al Libertador Simón Bolívar entendiendo que su legado es la autodeterminación de los pueblos y naciones que forman la comunidad de Estados latinoamericanos y caribeños. Es lo que afirma Eugenio María de Hostos (…).

Carlos Rojas Osorio

Carlos Rojas Osorio en el libro que hemos estado comentando en los últimos artículos hace un balance sobre el pensamiento puertorriqueño liberal del siglo XIX y de principios del siglo XX. Entre ellos se encuentran Concha Melénddez, Margot Arce de Vásquez, Nilita Vientós Gastón, Julio César López, Ferrer Canales y José Emilio González, solo para señalar algunos. Finaliza el libro con una reflexión sobre la influencia de Simón Bolívar en los líderes e intelectuales puertorriqueños que anhelaban la libertad.
Comienza esta reflexión con Eugenio María de Hostos, quien muestra en cada página la protesta de la libertad contra el orden colonial, pero sobre todo contra la servidumbre colonial, como lo había hecho Simón Bolívar. Decía el pensador puertorriqueño y universal: “Hay un precursor más que memorable que otro alguno: fue Bolívar. Hay un hecho más que memorable que ninguno: fue la intención libertadora de Bolívar. Ese hombre y ese hecho son la raíz de la independencia en las dos islas”.[1]

Afirma Rojas Osorio que Ramón Emeterio Betances, el líder independentista por excelencia en Puerto Rico, tenía a Simón Bolívar como uno de sus mejores mentores. Admiraba su proeza de liberar a cinco naciones. La fama del libertador Bolívar superó sus proezas. Planteaba que el destino de América era la gran patria americana meridional. Pensaba que Bolívar genera una utopía que trasciende su existencia y su siglo.

Por su parte, Pedro Albizu Campos, decía Carlos Rojas Osorio, pensaba así como lo hizo Simón Bolívar y José Martí, la contradicción fundamental era el binomio nación-imperio. En esa confrontación, planteaba, lo importante era el orden interno: hombres, mujeres, blancos, negros, mestizos… todos debían estar unidos como nación frente al imperio. Porque lo más importante era defender la nación y la nacionalidad, ya que Puerto Rico tenía la nacionalidad más definida de América.

Betances planteaba, sigue diciendo Rojas Osorio, que Puerto Rico no podía aceptar la idea de la colonialización ni con España ni con Estados Unidos. A este respecto Pedro Albizu Campus asume como suyas las ideas de Betances, y por eso defendía la independencia de Puerto Rico y por tanto era inaceptable que su nación formara parte de la federación de los Estados Unidos, pues perdería su personalidad. Decía que el Estado federado sería un suicidio de la nacionalidad puertorriqueña.

Y entonces Carlos Rojas Osorio hace una reflexión sobre el Puerto Rico del presente, antes, por supuesto, de que en el último referéndum votaran a favor de la estadidad, y mucho antes de que dos huracanes devastadores arrasaran con la isla y al flamante presidente Trump no le importara las consecuencias de los fenómenos atmosféricos.

Como bien afirma el profesor Rojas Osorio, los puertorriqueños se consideran a sí mismos como ciudadanos de segunda categoría. En sus palabras:

En la actualidad los puertorriqueños que viven en la isla no pueden votar ni por el Presidente de los Estados Unidos ni por los miembros del Congreso federal. Solo se elige al Congreso Federal un comisionado residente que tiene voz pero no voto. (…) Los partidarios de que Puerto Rico sea un estado federado a Estados Unidos, el estado 51, afirman que con ello se obtendría la ciudadanía plena, también afirman que el estado actual es una colonia. Los partidarios de la independencia de Puerto Rico afirman que la ciudadanía plena solo se logra en una república independiente. Y en medio de los dos hay una tercera posición que defiende el status actual que es el de Estado Libre Asociado. [2]

Carlos Rojas Osorio finaliza su libro con esta reflexión:
Puerto Rico tiene una cultura propia que se manifiesta en todas las dimensiones de la vida social: las costumbres, la alimentación, la riqueza de su música, las relaciones familiares y sociales, la poesía, la novela, el cuento, el teatro, la filosofía, las ciencias sociales y naturales, etcétera. Tanto la cultura popular como la gran cultura son puertorriqueñas. Influjo de la cultura metropolitana la hay, sobre todo en el consumismo que es mal casi general.

Ramón Emeterio Betances decía, hace ya más de un siglo, que Puerto Rico está preparado para la revolución, asimismo, decía que Puerto Rico está preparado para un buen gobierno propio.[3]
La utopía de la nacionalidad, de la creación de una nación puertorriqueña con cultura propia, quedaron, parece ser, en utopía, en sueños imposibles. En la actualidad vive en un momento de encrucijada caracterizado por el desamparo, la desesperanza y la desilusión, donde la gente ya no tiene fuerzas ni razones para quedarse en su terruño otrora amado y anhelado. l
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[1] Citado por Carlos Rojas
Osorio, Humanismo y soberanía. De Betances a Mari Brás,
Humacao, Puerto Rico, Editorial Abacoa, 2013, p. 288.
[2] Ibidem, p. 289.
[3] Ibidem, p. 291.

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