Desde hace tres años se dedican a la elaboración de mofongo con innovadoras recetas

Una mesa de cuatro patas, que si le falta una, se cae. Así es el negocio familiar Mofongo El Mocano By Taveras, dedicado a la elaboración del tradicional plato mocano con un toque contemporáneo.

Todo empezó hace tres años, cuando una pareja de esposos y sus dos hijas, emprendieron con la ilusión de desarrollar un negocio familiar, el sueño desde pequeño de Juan Carlos Taveras, “El Mocano”.

“Mi papá decía que era mejor trabajar entre todos, pero éramos gente muy humilde. Cuando vine a la capital era motoconcho, y el sueño se ponía cada vez más lejos”.

“Yo duré 30 años trabajando en la industria farmacéutica, como empleado y mi hija Kristy me dio el coraje, el empuje necesario para lanzarme. Con mucho temor, porque no es fácil lanzarse, salir de la zona de confort de ser empleado a trabajar para ti”, narra con entusiasmo Taveras. Con lo que quedó de su liquidación, unos 150 mil pesos, empezó la travesía.

La idea inicial, comenta Kristy Taveras la hija mayor, era poner el negocio en un food truck (una camioneta de comida) pero se dio la oportunidad de un local en una zona céntrica de la capital y no lo pensaron dos veces. “Iniciamos con tres mesas, dos cocineros traídos desde Moca, una cajera y nosotros dando el servicio”, dice Kristy mientras muestra el restaurante, decorado y diseñado por los miembros de la familia.

“La gente se volvió loca, le encantó el concepto y al otro día de abrir tuvimos que salir corriendo a comprar sillas, porque no sabíamos que íbamos a tener tanta aceptación”, rememora la joven emprendedora. “Y luego tomamos hasta el pasillo de la plaza, vimos la necesidad de que había que buscar un local más grande, que es donde estamos hoy”. Se trata de dos locales continuos en la Plaza Comercial I, en la avenida Gustavo Mejía Ricart, Piantini.

Los Taveras aprovecharon la fama del mofongo mocano para ofrecerlo al cliente capitalino sin la necesidad de trasladarse hasta el Cibao.

“Pero hemos ido añadiendo nuevos ingredientes, nuevos platos y tenemos un toque diferenciador, el que viene aquí se lleva una experiencia, lo mejor del mofongo mocano con un toque de gastronomía contemporánea”, asevera Karla Taveras, la hija menor.

Platos tan diversos como mofongo a la crema, mofongo de batata asada, pizza de mofongo, quipe de mofongo, abarcan el menú.

Este local tiene una capacidad para 80 personas, cuentan con 17 empleados y siguen creciendo. Ofrecen servicio a domicilio, añadieron tragos y postres al menú.

Establecer un control de calidad ha permitido a la familia manejar el negocio sin la necesidad de que estén todos presentes.

El Mocano abrió en Nueva York

La expansión de El Mocano llegó más rápido de lo que esperaban. Hace un mes y de la mano de socios, abrieron una sucursal en los Estados Unidos.

“Es un local de tres niveles y la comunidad latina en Nueva York nos ha apoyado muchísimo”, señala Iris.

“Tuvimos que aprender nuevas leyes y adaptarnos a las reglas y la cultura”, señala Kristy. Para las mujeres Taveras esto ha de ser difícil. Kristy es administradora de empresas con una especialidad en negocios internacionales. Karla es ingeniera industrial e Iris es abogada con especialidad en planificación económica.

Ahora, están dando los pasos legales para establecer una franquicia y ya hay personas interesadas en Miami.

La familia es la clave para emprender

Las conversaciones familiares ahora giran alrededor del restaurante. “Una desventaja para las hijas y un orgullo para los padres”, dice Iris Cuevas. “Nosotros como sus padres escuchamos sus ideas y les damos forma”, recalca.

“Porque aunque estemos haciendo cualquier cosa seguimos pensando en el negocio, en cómo echarlo para adelante. Aquí nadie hala para su lado, todos estamos pendientes a que el negocio marche”, afirma Karla. Esta pareja de esposos recomienda a la familia emprender juntos para conservar la unidad y alcanzar sus metas.

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