Las terapias para el tratamiento del cáncer pueden acarrear efectos secundarios a nivel cardiovascular que van desde arritmias hasta el fallo cardiaco.

Consciente de esa realidad, la presidenta de la Sociedad Dominicana de Cardiología, Claudia Almonte, advirtió sobre la necesidad de que los pacientes a los que se les haya diagnosticado cáncer les sea realizada una evaluación cardiovascular completa previa (electrocardiograma, ecocardiograma y prueba de esfuerzo) antes, durante y después de completar los ciclos de quimioterapia o radioterapia a fin de detectar posibles efectos de cardiotoxicidad.

En ese sentido, la especialista abogó por el trabajo coordinado entre oncólogos y cardiólogos para reducir riesgos cardiovasculares a medio y largo plazo.

“Hay que detectar si ese músculo cardiaco puede recibir esa quimioterapia contra el cáncer, y no solo al inicio, sino durante los ciclos de quimioterapia y radioterapia y después. Se ha comprobado que diez años después la cardiotoxicidad puede afectar el músculo cardiaco. Además, estos pacientes, triplican el riesgo de enfermedad cardiovascular, especialmente si eran fumadores, diabéticos, hipertensos, es decir, que tenían de base factores de riesgo,”, dijo Almonte, quien encabeza la primera jornada de cardiooncología y prevención cardiometabólica que se celebra en el país.

Dijo que aunque la sobrevida del cáncer ha aumentado en los últimos años muchos pacientes mueren diez años después por fallos cardiacos.

Monitorear la salud cardiovascular

“Es bueno aclarar: no es que no se aplique la terapia contra el cáncer, sino que se le indique al paciente una evaluación cardiovascular concomitantemente. A todo paciente con cáncer se le debe hacer una evaluación, al detectársele, durante y después ya que el riesgo existe hasta diez años”, reiteró.

Harán Registro Nacional de Cardiotoxicidad

Dijo que trabajan actualmente en la elaboración de un Registro Nacional de Cardiotoxicidad para contabilizar los pacientes afectados en los centros oncológicos, a la vez que abogó por la creación de unidades de cardiooncología conformadas por un grupo multidisciplinario conformado por oncólogos, radiólogos, psicólogos y nutriólogos para beneficio de los pacientes.

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