Cuando el presidente Danilo Medina asista al Congreso Nacional el próximo martes a rendir cuentas acerca de las ejecutorias de su gobierno durante el 2017, algunas variaciones deberá hacer en su enfoque del desempeño económico.

El crecimiento de 6.6% del 2016 que con mucho orgullo citó el 27 de febrero del 2017, no podrá ser una cifra a repetir. Tampoco podrá presentar un panorama mejor en el tema de la estabilidad de precios, aunque sí tendrá elementos para indicar que la inflación quedó dentro de los parámetros previstos.

De algunos componentes del producto interno bruto (PIB) podrá, si quisiera, hacer comparaciones y presentar mejorías en una parte. El turismo, la gran meta a largo plazo del presidente Medina, puede ser una de esas áreas con balance positivo. Y la meta de creación de empleos, planteada para el segundo mandato en iguales términos que los del 2012-2016, de unos 100 mil empleos anuales, también le ofrece al mandatario una oportunidad para citar un superávit.

La ralentización que afectó a la economía dominicana durante los primeros ocho meses del 2017, dejaron el crecimiento del año entero en un 4.6%, dos puntos porcentuales por debajo del crecimiento del año anterior, que fue de 6,6% y que motivó a al presidente Medina a pronunciar un emotivo discurso, refiriendo y comparando el comportamiento de la economía doméstica con el de los países de la región. Por eso el presidente dijo en ese discurso de rendición de cuentas, que al quedar la economía dominicana como la número uno de la región, fue “el contraejemplo positivo”.

Crecimiento bueno pero inferior

Repetir esa expresión no podrá el mandatario porque el crecimiento de la economía no llegó el año pasado a los niveles del anterior. Sin embargo, el 4.6% fue más del doble de la media de la región.

Factores externos e internos, como situaciones climáticas, afectaron la dinámica del consumo interno, ralentizando la economía. En agosto del 2017 la Junta Monetaria dispuso una serie de medidas para dinamizar el crédito bancario y el consumo privado, las cuales comenzaron a surtir efecto en los tres últimos meses del año, con crecimientos mensuales sobre 6%. Las medidas incluyeron la liberalización de recursos del encaje legal por unos RD$24,000 millones, de los cuales al mes de diciembre se habían colocado en los diferentes sectores de la economía unos RD$20,359 millones, suma que contribuyó decisivamente a que el crédito bancario al sector privado aumentara en RD$55,494.1 millones, un 11.9%.

El menor crecimiento del PIB fue explicado por el rezago y caída de los principales sectores que componen la producción nacional. Minería, que en el 2016 creció 26.5%, para el 2017 decreció 3.4%; la intermediación financiera subió 6.2% de 11% en el 2016; el sector agropecuario perdió fuerza, al quedar su crecimiento en 5.9% frente a 9.6% del período anterior; la construcción, uno de los sectores propulsores del crecimiento de los últimos cuatro años, se expandió en 3.7% frente a 8.9% del 2016.

El turismo siguió su carrera alcista en 2017

En término de divisas, el turismo, una de las apuestas a largo plazo del presidente Medina, ingresó el año pasado US$7,177.5 millones frente a US$6,719.6 millones del 2016. Por concepto de inversión extranjera directa el país recibió en 2017 US$3,570 millones, un 48%más que los US$2,406 millones del 2016. Ese crecimiento le permite al presidente Medina enarbolar el buen clima del país para atraer capitales. Otra estadística que también le presenta oportunidad de presentarla como logro es la relativa al mercado laboral. En 2017 se crearon 120,237 nuevos empleos netos.

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