Angélica Liriano comenzó vendiendo accesorios en el aula universitaria, hace seis meses abrió una tienda para damas

Angélica Liriano se desarrolló en un ambiente de negocios. Sus padres han estado en esa actividad por años y ella terminó convencida de que seguiría ese mismo camino. Desde el 29 de agosto de 2017 está al frente de una pequeña tienda de ropa que abrió en la capital.

La empresa camina sobre ruedas; la empuja el optimismo de su propietaria y varias personas que le dan soporte siempre que se necesita. “Desde que estaba pequeña me gustaba mucho vender. Eso viene conmigo, incluso, cuando me inicié en la universidad comencé con la venta de accesorios. Luego, junto con una amiga, abrí una tienda virtual”, le cuenta Angélica a elCaribe. El diario tuvo buenas referencias de ella y quiso contactarla y posteriormente conocerla.

La tienda de Angélica se llama Florchic y está ubicada en la avenida Rómulo Betancout número 1370, Plaza Encarnación, del sector Bella Vista de la capital. No se trata de un negocio en el que se verán posiblemente multitudes desde afuera, porque es visitado especialmente por una clientela que ya es fija y por otras personas que llegan por referencia o porque tuvieron contacto vía las modernas redes sociales que en estos tiempos sirven de base para cualquier actividad empresarial.

Angélica es una de esas emprendedoras a las que vencer no resulta fácil. Sabe lo que busca y el trayecto que debe seguir hasta conseguirlo. “Luego de los accesorios que comencé a vender en la universidad, trabajé unas vacaciones de diciembre en una tienda –precisamente- de accesorios”, rememora. Le gusta poco que la fotografíen o le hagan videos, a pesar de que ella misma también estudió fotografía y con frecuencia es contratada para hacer algunas sesiones fotográficas.

“De todo eso que te he ido contando me nació el sueño y la inspiración de tener mi propio negocio”, recuerda. “No siempre un emprendedor inicia un negocio con una gran fortuna económica. No todos somos hijos de millonarios”. ¿Recuerdas con cuánto arrancaste tú?, le pregunta este periódico. “Realmente el dinerito para comenzar me lo dieron mis padres”, responde. La entrevista ha comenzado a las 10:12 de la mañana y al negocio de Angélica no se asoma ni un cliente, pero más tarde llegarán muchos. O la contactarán por Facebook o Instagram. Florchic es una tienda especializada en ropa de dama para un público de clase media. Pero en ella también se comercializan carteras y otros tipos de productos, como collares y pulseras. “En general, aquí tenemos vestidos, blusas, ropa interior, lencería, carteras y accesorios”, explica.

“Son piezas a las que el público puede acceder. Por, ejemplo, tengo accesorios desde los 800 pesos”, dice Angélica Liriano. La joven empresaria tiene aspiraciones de crecer y de multiplicar la tienda. “Me visualizo abriendo otra sucursal en el futuro”, expresa con optimismo.

Su novio le ayuda en la parte administrativa y su madre le colabora cuando ella tiene que ir a la universidad. Hasta ahora no tiene empleados, pero va camino a contratarlos. Eso va a depender de cómo siga evolucionando el negocio.

La ropa que vende Angélica es importada de Estados Unidos. La tiene colocada con una selección bien cuidada. El local es alquilado, pero la aspiración es tener uno propio en un futuro cercano. “Mantener un negocio como este es un poco costoso”, indica, cuando se le pregunta sobre esa parte. Es costoso, tomando en cuenta que debe pagarse el servicio eléctrico y otros propios de un establecimiento comercial. Angélica vende al contado. Una de las piezas de mayor demanda es la blusa, según explica. Quizás por eso las tiene en tantos colores. Hay moradas, negras, rojas, azules, amarillas y de otros.

Aunque Angélica fue atraída por los negocios desde pequeña, inicialmente tomó una carrera distinta a ese mundo cuando inició la vida universitaria.

La medicina no era su mundo, cambió carrera

Aunque Angélica fue atraída por los negocios desde pequeña, inicialmente tomó una carrera distinta a ese mundo cuando comenzó la vida universitaria. “Inicié estudiando medicina a los 18 años en la Universidad Tecnológica de Santiago (Utesa)”, rememora.

En eso duró tres años, pero luego decidió estudiar inglés por inmersión. “Ese año paré la universidad por eso y porque buscaba local para instalar la tienda. Me desenfoqué de lo que es la carrera y empecé a visualizarme de otra forma… como empresaria, no como médico. Cambié la carrera por algo relacionado con el negocio”, sostiene.

Contactos
Angélica Liriano se consigue en: [email protected], en @florchic_rd y en florchic (en Facebook).

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