En el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo los supermercados, tiendas por departamento y vendedores informales comenzaron a tiempo a usar las herramientas del marketing y las redes sociales para promover sus mercancías en la Semana Santa, que inició ayer con el Domingo de Ramos.

Históricamente, la ciudad “despacha” una cantidad importante de personas hacia las distintas provincias, playas, montañas y polos turísticos del país, para disfrutar un largo asueto, y los negocios evitan “darse el lujo” de dejarlos ir vacíos. Para el comercio, “cazar” buenos números a través de las ventas nunca no está de más.

Los encartes de todo tipo comenzaron a salir publicados hace varias semanas, en algunos casos dentro de los principales periódicos nacionales, anunciando todo tipo de especiales para la Semana Mayor. Se espera que los resultados de esos esfuerzos comiencen a verse con más fuerza desde hoy. “Tenemos aquí las mercancías que normalmente las personas buscan para este fecha”, le dice a elCaribe el vendedor informal Carlos García, ubicado en un puesto en las inmediaciones de las avenidas Duarte y París de la capital.

Mientras, el encargado de Compras de Tienda La Mejor, de Villa Consuelo, tiene la esperanza de que entre mañana martes y miércoles se produzca un movimiento mayor que los registrados en la víspera. Partiendo de su experiencia, dijo que el pico mayor de ventas podría suele darse el día jueves. En el citado establecimiento hay un conjunto de mercancías con variadas ofertas, tal como ocurre en establecimientos como supermercados La Sirena, de la avenida Winston Churchill, y Jumbo de la plaza comercial Ágora Mall, donde la cantidad de visitantes en los pasillos y las cajas registradoras desde el pasado viernes comenzaban a verse más activas.

En las tiendas la gente busca mercancías diversas, desde unos calisos, hasta un juego de dominó, una piscina plástica, o un traje de baño. Los organismos de emergencias han advertido sobre los riesgos de ligar alcohol con manejo de vehículos o con el baño en las playas o ríos, pero eso no evita que los comercios lo oferten como parte de paquetes. En muchos de ellos se observan botellas de ron, de whisky o de otras bebidas “en especial”. Ver los pasillos con muchos compradores no es una cuestión exclusiva de las grandes tiendas. En algunas más pequeñas, como la de Iris Espinal, ubicada en la calle José Martí 185 de la capital, también ha habido una afluencia importante de clientes, buscando piezas de vestir adecuadas para las playas y ríos. En un negocio informal de la avenida Duarte, en el sector Villa Francisca, el propietario Luis Estévez dijo que no se atreve a ofrecer detalles sobre cuánto podría vender entre ayer y la tarde del próximo jueves, pero dejó entrever que el incremento, generalmente para esta fecha, suele ser del 35 y 40% respecto a días normales, cuando la gente sale menos de viaje. Quizás ese incremento que se da en las ventas puede explicarse, de alguna forma, en las largas filas que tenían ayer algunos de los bancos que abrieron en un horario de 9:00 de la mañana a 1:00 de la tarde. A esos establecimientos se acude a retirar dinero, a ahorrar dinero o a cambiar cheques. Por la época de que se trata (que aunque es Santa también es comercial), es probable que los clientes estén acudiendo por la primera opción.

Lo que pasa en el turismo

En materia turística, la Semana Mayor (cuando cierra) marca también la conclusión de la “temporada alta”. De acuerdo con expresiones del presidente de la Asociación de Hoteles y Turismo (Asonahores) Joel Santos, cuando la Semana Mayor cae en marzo, la hotelería tradicional tiene espacios reducidos de habitación.

“Eso representa una excelente oportunidad para que el mercado local pueda brindar una oferta más diversa del turismo de la República Dominicana”, asegura el dirigente empresarial.

Y agrega que “en marzo se encuentra el grueso de la temporada alta del turismo tradicional”. Sin embargo, hay espacio para conocer el turismo de montaña, hacer excursiones, rentar apartamentos y villas, por lo que augura que este año se tendrá un flujo importante del mercado local. “Habrá un flujo importante del mercado local por las estancias de productos locales diversificados”, plantea. Desde el punto de vista de Joel Santos, se pueden visitar áreas que mayormente son muy concurridas, pero deja claro que las mismas ciudades pueden mostrar interesantes ofertas.

Desde una piscina que se infla hasta un buen libro

En los encartes que han diseñado las tiendas, las ofertas son tan variadas, como los precios mismos de los productos. Por ejemplo, en función del tamaño y la calidad, el cliente puede optar por una piscina de 280 pesos, como por una de 4,000. Lo propio ocurre con los textiles. El comprador puede obtener un traje de baño de 150 pesos, como uno de 1,500. Para aquellos que simplemente “no se irán de casa” o se irán a un lugar tranquilo, las librerías también han dejado un espacio para los “especiales”. A precios con rebajas han puesto obras como: La Resurrección, La Historia del Cristianismo, ¿Existe Dios?, Una mujer conforme al corazón de Dios, Diez minutos de relajación y otros.

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