La higiene, la fecha de vencimiento y la cadena de frío se deben tomar en cuenta para mantener los alimentos en buen estado

Durante el período de la Semana Mayor, la mayoría de las familias deleitan su paladar con la variedad gastronómica que caracteriza este asueto. Sin embargo, muchas veces, debido a la falta de higiene y a la mala conservación a la que se someten algunos alimentos, aumenta el riesgo de terminar las vacaciones en la sala de un hospital por intoxicación.

“Para las personas que salen de vacaciones es aconsejable que no consuman comidas en puestos ambulantes, ya que pueden estar en mal estado por la exposición al sol y el calor. Es mejor consumir comidas de fácil digestión como los vegetales, hortalizas y frutas”, indica el nutriólogo Randolf Paulino.

Randolf Paulino, nutriólogo.

Asimismo, el nutriólogo hace hincapié en que las familias deben tener buenos hábitos de higiene para evitar infectarse con parásitos y otros microbios patógenos. Además, señala que la ingesta de alcohol en exceso disminuye la secreción de enzimas digestivas lo que provoca digestiones lentas, incluso hasta gastritis, situación por la que recomienda eludir los excesos.

“Los productos que son responsables de más del 90 % de las intoxicaciones en Semana Santa, son el alcohol, los pescados y los mariscos, por lo que se debe tener mucho cuidado, puesto que pueden desencadenar grandes problemas de salud en las personas”, puntualiza el especialista.

Alimentos de mar

Durante la Semana Mayor es sabido que los pescados y mariscos se convierten en el alimento protagonista de las familias. Aunque los productos del mar son saludables, ricos en nutrientes y vitaminas, la nutrióloga Bianca Bejarán Español dice que se deben cumplir medidas a la hora de comprarlos y prepararlos.

Bianca Bejarán, nutrióloga clínica.

La nutrióloga Bejarán Español recomienda adquirirlo, preferiblemente, en establecimientos formales, como supermercados y mercados autorizados. “Para el transporte del producto a la casa, toda persona debe asegurarse de mantener su cadena de frío, lo que se puede lograr con el uso de bolsas térmicas en caso de llegar tarde a tu destino”, dice Bejarán Español.

Además, la nutrióloga sostiene que una vez descongelado el alimento debe de ser preparado y consumido con la mayor antelación. De igual manera, se debe evitar congelarlo otra vez.
La conservación de la cadena de frío es crucial, ya que su quiebre favorece la proliferación de algunos microorganismos, siendo el Vibrio parahaemolyticus la bacteria más relevante en la producción de enfermedades transmitidas por los alimentos debido a las toxinas que producen.

Es recomendable, según Bejarán Español, revisar el adecuado estado físico del pescado o los mariscos al momento de comprarlos: olor marino característico y no desagradable, apariencia húmeda, escamas bien adheridas, ojos transparentes y brillantes.

Esto quiere decir que se debe estar muy atento a lo que se va a consumir. También, verificar su fecha de caducidad y el tiempo que el producto lleva refrigerándose; y obviar las latas o conservas que lleven mucho tiempo abiertas o estén perforadas.
El cuidado en la cocina es fundamental, como el lavado de manos previo a la manipulación de los comestibles y la higienización de los utensilios a utilizar, comenta la nutrióloga.

No se recomienda comprar el famoso “pescado fresco” sin que esté refrigerado, a menos que esté vivo aún. Chequea que las agallas sean de color rosado pálido y que las escamas estén brillantes y bien adheridas al cuerpo.

Enlatados

Si usted envasa sus propios alimentos en casa, Bejarán Español sugiere seguir las técnicas de enlatado apropiadas para prevenir el botulismo (intoxicación producida por la ingestión de alimentos envasados que están en malas condiciones, en especial embutidos y conservas). No olvide refrigerar cualquier alimento que no se vaya a comer.

En el caso de las latas de atún, sardinas y otros productos de la pesca, éstas deben tener la fecha de vencimiento vigente, visible y sin tachaduras, al igual que el número de registro sanitario; la lata no debe estar sumida, golpeada, soplada, arrugada u oxidada; al destapar la lata no debe salir ningún tipo de gas ni percibirse ningún olor extraño que provenga del interior.

Consejo
La causa más frecuente de la intoxicación por alimentación son las bacterias y virus, por ello es recomendable lavarse las manos antes y después de manipular los alimentos.

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