Un biopic juguetón, y ponzoñoso en su discurso político cargado a “Relámpago Hernández”. El virtuoso y mago director Tabaré Blanchard vuelca su talento en una espléndida edición videoclipera que le da valor a una historia pueril (con un fuerte conflicto subterráneo). Hecha con inteligencia (de la inteligencia al servicio de algo) y construcción de fina plasticidad que hace apetecible cada escena. De ahí que importa más la calidad de la idea que la del guión. Aunque las buenas películas no suelen ser tiendas de dulces ésta quiso serlo hincándose al gusto ordinario. Y para conservar su alma, se interpela a sí misma valiéndose de la ironía. Su logro está en conseguir un producto que funciona como los fuegos artificiales, y a mitad de camino entre cine-espectáculo y cine-ensayo. Un filme obligado a ser comercial para las masas de ayunas culturales (aunque suene pedante decirlo así). El director-coguionista procura dar pinceladas fuertes y rigurosas al maldecir los “12 años de Balaguer”, y se reivindica a nuestros ojos. A pota o no, el filme da su mejor mensaje que describe bien lo que Guy Debord llamó “La sociedad del espectáculo”: una sociedad global donde la mayoría de la gente quiere ser visible a cualquier precio (si no te conocen no existes). Esto se ve en esa idea de “Jack Veneno” de usar TV para organizar espectáculos masivos lucrativos. Es muy propio de la época en que la TV se masifica, gracias a los avances tecnológicos, convirtiéndola en una caja de resonancia que dio fama por pipá a mucha gente, e hizo que la “lucha libre” se convirtiera así en el primer gran producto comercial de la industria cultural dominicana. Amor a primera vista. Pues bien, en “Veneno” es obvio el narcisismo, y el conflicto de egos que explota con “Relámpago”. Mientras “Dominicana de Espectáculo” lucra a sus anchas, se inicia una guerra de egos, de ese narcisismo que jode cualquier asociación.
En aquellos años de plomo, muchos autodenominados héroes de la Guerra de Abril no eran más que un “Relámpago” fullero de esos que le hacen el juego a los “Veneno” de la política (metafóricamente hablando). Interesante la narrativa de este “Jack” igual al “Jack” de “Pequeño Gran Hombre” (1970, Arthur Penn), ambos ancianos en sus últimas que cuentan con sarcasmo sus patéticas vivencias a un periodista que los graba. ¡Bueno, la “primera caída” le señaló el camino y le cargó el dado a la próxima!

HHHH Género: Drama deportivo. Duración: 87 minutos.

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