La Unidad para la Readecuación de La Barquita y Entornos (Urbe) trabaja en los toques finales de las estaciones del Teleférico de Santo Domingo. El objetivo es que para mediados del próximo mes el sistema de transporte aéreo esté al servicio del público.
Pero antes de la inauguración, los responsables del proyecto deberán concluir el proceso de traslado de quienes tienen sus viviendas y negocios en la zona de impacto, para luego proceder con la demolición de las edificaciones ubicadas en el área de influencia del metrocable.
Según informó el supervisor de la obra, Yael Isa, en los próximos días se procederá a demoler unas seis viviendas, ubicadas al lado de la estación Gualey, donde inicia el cableado de las cabinas.
Al respecto, los propietarios dijeron estar a la espera del dinero correspondiente al valor de sus inmuebles para así buscar donde mudarse. Es el caso de Fredy Pascual, quien lleva 28 años en su casa ubicada en la calle Domingo Santana. Cuenta que aunque añorará su propiedad y a la comunidad, le urge estar lejos del ruido y la molestia que le ha generado en los últimos dos años la construcción de la estación del Teleférico y del puente atirantado del Metro sobre el río Ozama, que comunica al Distrito Nacional con Santo Domingo Este.
La casa de Bernardo Liranzo también será demolida próximamente, junto a la de su padre. Se quejó de llevar más de un año soportando el polvo de la construcción y pidió agilizar el pago de las propiedades para abandonar el lugar.
Ante la pregunta, ¿por qué se atrasó el traslado de estas familias ? Yael Isa contestó que primero se priorizó la zona destinada a la obra, y que dicha franja colindante con la estación se utilizará para garantizar los niveles de separación del sistema de transporte.
“Es un caso muy particular. Las negociaciones duraron mucho tiempo. Hay personas de ahí que viven fuera del país y hubo que contactarlas”, sostuvo el representante de Urbe.
