El museo abrió sus puertas en 2015, un año antes de la muerte de este maestro de la pintura dominicana

Los 65 años de arduo trabajo artístico de Fernando Peña Defilló, sellados de originalidad y firmeza en su estilo, han servido de motivación a su familia y allegados para constituir un espacio que procure rendir honor a su vida y obra, en donde reposa parte de su legado pictórico. Tras varios años de planificación, George Manuel Hazoury Peña, el arquitecto Alex Martínez Suárez, la crítico de arte Marianne de Tolentino, y varios colaboradores, lograron establecer en 2015 el Museo Fernando Peña Defilló, una institución sin fines de lucro creada para compartir y dar a conocer la colección privada familiar de este gran maestro de la pintura dominicana. Según expresó Hazoury Peña en una ocasión, otra motivación para crear el museo fue presentar el aporte de este “gran artista y a un ser humano excepcional que desde muy joven ha resaltado su gran espíritu de dominicanidad, tratando siempre de redescubrir la realidad de su país en diferentes etapas de su vida desde que emigró a Europa en 1951 hasta su regreso en 1963”.

La obra de este versátil artista es descrita por de Tolentino, quien es también directora de la Galería Nacional de Bellas Artes, poseedora de un infinito equilibrio estético que nace de la meditación que desemboca en la creación de obras con diversas temáticas. De acuerdo con la crítico de arte, ese potencial expresivo totalizante, en un pintor excepcionalmente culto, “se define por y para la dominicanidad y el antillanismo: aquí, la autoctonía cimenta una producción que, sin discontinuidad, ha conservado sus rasgos identitarios durante seis décadas fructíferas”.

En una ocasión Peña Defilló recordó que desde los 7 años, cuando decía no encajar en el estándar de los cursos de escuela elemental del Colegio De La Salle, se dio cuenta de que no era un niño “normal”, ya que no sentía interés por las clases de matemática, pero sí de geografía e historia, “porque me hacían soñar con la libertad de recorrer el mundo, aprendiendo con la práctica lo que realmente me interesaba”.

Expresó que a esa edad comprendió que su vocación era descubrir los secretos de la naturaleza y de la condición humana, y fue entonces cuando supo que había nacido para el arte, específicamente para la pintura; ambos temas –la naturaleza y la condición humana –, siempre han sido la constante de sus obras, tanto figurativas como abstractas.

“Mi auténtica experiencia como artista, mis recuerdos y la desnuda verdad de mi existencia están claramente narrados en mis pinturas, que es el lenguaje en que mejor me puedo hacer entender”, aseveró entonces.

El deseo de Peña Defilló era convertir el museo en un lugar donde fueran presentadas varias exposiciones y se realizaran actividades, sin embargo, su muerte impidió que lograra ver ese anhelo de sus últimos días a toda capacidad.

La Fundación Peña Defilló es la que tiene los derechos sobre el legado del maestro, que consta de una colección de alrededor de 300 obras que datan desde los inicios de su carrera hasta sus últimas obras, realizadas unas semanas antes de morir.

En una ocasión Peña Defilló, cariñosamente “Papo” entre sus familiares, dijo no sentir “ni orgullo desmedido ni pretensión de grandeza alguna porque lleve mi nombre (la vanidad nunca ha sido uno de mis defectos), pero sí una gran tranquilidad y paz interior de saber en vida que mi legado artístico no quedará disperso ni encerrado en colecciones privadas, solo accesible a quienes lo poseen y sus amistades. Muy por el contrario, una gran parte de mis obras estarán disponibles en esta institución para todo el que se interese por ver, estudiar y analizar mis pinturas”.

Actualmente, aquella afirmación del artista se cumple a cabalidad, ya que el espacio permanece abierto a los visitantes, y ha sido escenario de decenas de exposiciones individuales y otros eventos.

Al inaugurarse en 2015, Martínez Suárez destacó que en este museo “como un lienzo en blanco, pero en forma de casa, se abren las puertas de una caja roja que albergará el legado de un consagrado maestro de la pintura”.

El museo, que está ubicado en la esquina José Reyes con calle Padre Billini. se aloja en una antigua vivienda del siglo XVII ubicada frente a la iglesia Regina Angelorum y al antiguo monasterio de Santa Catalina de Siena (de las monjas dominicas) en la Ciudad Colonial.

Martínez Suárez detalló que este espacio cultural consta de tres salas de exposición contiguas cuyos interiores fueron acondicionados con la menor intervención posible: se conservaron los pisos de mosaicos hidráulico existentes (tipo alfombra) y se colocó una iluminación adecuada y un sistema especializado para exhibir las obras en las paredes.

En propias palabras de Peña Defilló el museo está situado en una zona legendaria y romántica, pero al mismo tiempo de gran actividad y movimiento, “con un futuro muy prometedor en nuestra ciudad primada de América, Santo Domingo en su versión colonial”.

Según puntualizó Martínez Suárez “todos los espacios del museo se utilizan para alojar las obras de la colección familiar de Papo. Las salas fluyen alrededor de un patio que, con un cálido ambiente, conecta en la parte posterior con una sala de consulta que contiene la bibliografía del artista así como otros documentos necesarios para entender su obra”.

En el 2010, el Ministerio de Cultura de la República otorgó a Peña Defilló el Premio Nacional de Artes Plásticas, y en el 2015 le fue dedicada la 28 Bienal Nacional de Artes Visuales de Santo Domingo, un tributo que se agregó a numerosos reconocimientos, distinciones y premiaciones.

Infortunadamente, el insigne artista murió el 18 de mayo de 2016 en Jarabacoa, de un sigiloso quebranto que lo mantuvo en frágil estado de salud por varios meses.

Su virtuosidad estilística

La capacidad creadora de Fernando Peña Defilló fue de una “constancia y coherencia privilegiada a través de sus períodos sucesivos, y no lo podemos aislar sino situar en el contexto epocal e histórico que le corresponde”, manifestó Marianne de Tolentino. La crítico de arte destacó que en las obras de este artista se observa “la asombrosa virtuosidad estilística en el arte occidental desde el neo-clasicismo hasta la contemporaneidad, pero, isleño del Caribe, hurga en sus entrañas geocéntricas”. Entre las exposiciones de Fernando Defilló destacan “Desnudos”, realizada del 5 de noviembre de 2015 al 27 de marzo de 2016, que estuvo dividido en varias vertientes: Fantasía, Inocencia, Erotismo, Academia, Naturaleza, y Eternidad. Cada una dedicada a la juventud y al desnudo, donde en cada cuadro se percibe el simbolismo de la imagen y la realidad de un tratamiento alternativamente elegante y refinado, vigoroso y potente, del cuerpo humano. Otra de las exposiciones fue “Vírgenes”, donde el maestro de la pintura tomó como inspiración episodios y personajes bíblicos, santos, el panteón católico, la Virgen de la Altagracia, y otros elementos.

Estilo
Peña Defilló fue capaz de presentar un estilo informalista y trascender lo figurativo con destreza y maestría”.

Marianne de Tolentino
La capacidad creadora de Peña Defilló fue de una constancia y coherencia privilegiada a través de sus períodos sucesivos”.

Alex M. Suárez
Como un lienzo en blanco, pero en forma de casa, se abren las puertas de una caja roja que albergará el legado de un consagrado maestro de la pintura”.

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