Trayendo el pasado

El pasado sí cuenta para juzgar el presente. Esa valoración está muy vigente en cuanto a atribuirle firmeza o flexibilidad a quienes tienen posiciones acerca de si las elecciones internas de los partidos (las llamadas primarias), deben ser abiertas, con la participación de todo quien desee participar aún sin ser militante, o cerradas, exclusivas para los miembros.

El pasado sí cuenta para juzgar el presente. Esa valoración está muy vigente en cuanto a atribuirle firmeza o flexibilidad a quienes tienen posiciones acerca de si las elecciones internas de los partidos (las llamadas primarias), deben ser abiertas, con la participación de todo quien desee participar aún sin ser militante, o cerradas, exclusivas para los miembros. A los principales dirigentes y líderes políticos del país, les tienen un servicio de inteligencia montado, hurgando en sus pronunciamientos pasados, para ver y endilgarles posiciones a favor o en contra de la modalidad, como si los políticos, tan dinámicos como los vientos marinos, no tuvieran derecho a cambiar, a rectificar una posición. Es como si estuvieran obligados a ratificar.

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