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Nueva York, EE.UU.- Amplío mi narración: Una señora, que también iba en el taxi que desde el aeropuerto John F. Kenneddy abordamos seis pasajeros que llegamos a Nueva York en el vuelo de JetBlue desde Santo Domingo, reaccionó ante mi comentario respecto a las elecciones de 2020 en República Dominicana.
Sin entrar en contradicción conmigo, aceptó mi reacción, aunque mantuvo su criterio de que “las cosas deben mejorar” en nuestro país.

Otro de los pasajeros, que se identificó como simpatizante del “pálido” precandidato -y que, increíblemente, toma auge entre los criollos votantes en esta cosmopolita ciudad -a la Presidencia para la próxima consulta comicial dominicana, aceptó que el gobierno de Danilo Medina ha hecho grandes esfuerzos por mejorar la nación e hizo hincapié en las medidas que ha ejecutado para fortalecer la educación, un logro que nadie debe denegar.

No pude quedarme callado ante lo proclamado por el amigo paisano que alardeó sobre la “real posibilidad” que ese señor llegue a gobernar República Dominicana y materializar los cambios (¿?), según él, que necesita la tierra de Duarte y Luperón.

Le reproché su actitud al explicarle que en el panorama electoral dominicano hay gente con posiciones políticas progresistas, de avanzar en nuestra democracia.

Argumenté sobre dirigentes políticos decentes, abrazados a la democracia y con interés de que el país alcance su más alto desarrollo en todas las áreas.

Expuse que los dominicanos ni en sueño deben pensar, para Presidente, en un bergante -así, identifiqué al señor Ranfis Domínguez Trujillo, en un artículo que escribí hace tres semana para este periódico- nieto del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina.

La diáspora dominicana en Nueva York, que alcanza a más de un millón, está bien atenta a lo que se registra en su país…y no deja de enterarse de los acontecimientos políticos.

Señalar que los dominicanos residentes en Estados Unidos siempre han sido “foco” de importancia para los dirigentes políticos que aspiran llegar a la Presidencia. Vienen a USA a buscar votos, al tiempo que hacen las “mejores promesas”.

Los criollos en Nueva York y en otras latitudes estadounidenses no están al margen de lo que ocurre en su patria. Sin importar sus simpatías políticas, están a la expectativa de lo que podría pasar en las próximas elecciones pautadas para mayo de 2020.
¡Así lo percibo!

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