En lo que el hacha va y viene, descansa el palo. Es lo que está ocurriendo después de la carta del presidente Danilo Medina a los presidentes de las cámaras legislativas sobre el proyecto de ley que regularía a los partidos políticos. Con su carta, el hombre dejó de ser el foco de atención, y principal objeto de presión. Todo el mundo miraba hacia él, como jefe de Estado garante del funcionamiento institucional y dirigente político. Su iniciativa, si bien no constituye una salida definitiva, abre una válvula para que sus compañeros encuentren una vía que permita conocer y aprobar ordenadamente un proyecto clave para el establecimiento de un clima adecuado para las próximas elecciones.