Recuerdo que por allá por 1978 nos mudamos (mi querida madre, viuda, mis cuatro hermanos y yo) a una de las nuevas urbanizaciones que estaban surgiendo entonces, ubicada en el kilómetro siete y medio de la Autopista 30 de Mayo y nos encontramos con que frente a nuestra nueva casa vivía una figura pública, Joseíto Mateo, “ El rey del merengue”. La remembranza viene a cuento por el deceso de Mateo, otra figura legendaria últimamente fallecida. De Mateo hay que destacar que fue un ejemplo de longevidad y vitalidad. Seguía bastante activo y vital pese a sus casi 100 años de edad, cuando se supone que se está ya decrépito, caso considerado excepcional, pero que debería ser consigna y aspiración de todos. Descanse en paz.

Posted in Buen Oficio

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas