En esta lista están diversos bienes culturales de gran importancia

República Dominicana tiene actualmente el espacio cultural de la Cofradía del Espíritu Santo de los Congos de Villa Mella, la Ciudad Colonial, el Merengue, y la tradición del teatro bailado Cocolo, como Patrimonios de la Humanidad declarados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Sin embargo, otros lugares tienen el potencial de ser integrados a este registro, ya que incluso están en la Lista Indicativa de la Unesco, donde se reúnen los bienes culturales para los cuales una Parte en el Segundo Protocolo intenta solicitar la concesión de la protección reforzada.

Conforme al artículo 11, del Segundo Protocolo, cada Parte (Estado miembro) deberá presentar dicha lista. Sin embargo, una Parte podrá solicitar la concesión de la protección reforzada para bienes culturales que no están incluidos en la lista indicativa. Esta lista provisional contiene una breve descripción de los bienes culturales en cuestión.

La provincia de Montecristi es uno de estos lugares. El atractivo histórico de esta zona está en el conjunto urbano, compuesto por viviendas de madera de una y dos plantas que contienen elementos similares a la arquitectura que se encuentra en otras islas del arco antillano, con aspectos de diseño correspondientes a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX.

En estas viviendas se destacan los techos inclinados, a varias aguas, las galerías perimetrales, buhardillas, guardamalletas, prevaleciendo los elementos que le dieron unicidad a la arquitectura antillana y que sirvieron de ejemplo para el desarrollo de la arquitectura popular dominicana.

El Parque Nacional Histórico y Arqueológico de Pueblo Viejo en La Vega es otro de los sitios valiosos que tienen potencial de ser patrimonio de la humanidad. La Concepción de La Vega fue fundada a los pies del Santo Cerro como uno de los primeros fuertes construidos por los conquistadores en la isla de Santo Domingo antes de la fundación de la Ciudad de Santo Domingo. Es un sitio arqueológico, parcialmente excavado, abierto a los visitantes desde el 1980.

El Parque Nacional del Este, que describe un espacio en forma trapezoidal con áreas terrestres y marinas, que incluye a la isla Catalina y a la isla Saona, se encuentra en esta lista indicativa.
El Parque es un territorio poco modificado que resguarda una de las áreas protegidas más importantes del archipiélago caribeño. En su interior se representan tres zonas de vida: el bosque húmedo subtropical, el bosque seco subtropical y el bosque de transición entre los dos anteriores. Los bosques sobre roca ocupan una superficie de más del 80%, mientras los bosques de manglares cubren las zonas costeras pantanosas.

La flora y la fauna del Parque Nacional del Este, cuyo clima es tropical húmedo, han sido estudiadas extensamente. Se han catalogado más de 570 especies, de las cuales cerca de 60 son endémicas. La vegetación es rica y diversa.

El Parque no solo es abundante en biodiversidad, también resguarda importantes yacimientos arqueológicos protegidos en un sistema de más de 20 plazas ceremoniales, ocho cementerios aborígenes y 27 cuevas reportadas, junto a otros tantos yacimientos arqueológicos, en los cuales se han encontrado manifestaciones culturales de los diversos grupos aborígenes que poblaron la isla en el período precolombino, de acuerdo con el Ministerio de Cultura.

Por su alto significado histórico, ya que alberga los restos de la primera villa fundada por los europeos en el continente americano, el Parque Nacional Histórico y Arqueológico de la Villa de La Isabela, en Puerto Plata, también está en esta lista.

Tanto las fuentes históricas como las investigaciones arqueológicas coinciden en que el poblado principal funcionaba como asentamiento militar y estaba rodeado de un muro construido para protección, según registra Cultura.

En el interior se ubicaban cinco edificaciones de piedra distribuidas en una extensión aproximada de dos hectáreas: la casa del Almirante, el almacén real o alhóndiga, el polvorín, la iglesia y la torre vigía. A estas estructuras se le sumaba originalmente un conjunto de chozas de madera y techo vegetal, similares a los bohíos taínos, cuyos rastros ya no son visibles, y un cementerio con enterramientos indígenas previos a la conquista que fue también utilizado para enterramientos cristianos de la época colonial.

Otro de los lugares de esta lista indicativa es la Casa Grande de Palavé, ubicada en la localidad de Palavé, en Manoguayabo, Santo Domingo Oeste. Esta infraestructura es considerada por Cultura como un tesoro escondido entre matorrales, el cual podría ser una fuente para iniciar el desarrollo turístico.

La Casa Grande de Palavé es un monumento colonial que según afirman los historiadores, fue erigido a finales del siglo XVI por una de las prominentes familias que llegaron a la isla y se dedicaron a la producción de azúcar.

El monumento está muy cerca de la capital. A pesar del distinguido espacio en el que se encuentra el monumento, rodeado de pinares, vegetación diversa y cerca del río Haina, el palacete fue olvidado a su suerte, y hoy día no presenta el cuidado que merece como patrimonio histórico. El palacio construido con arcilla y ladrillos ha quedado expuesto a los asentamientos humanos, pues las construcciones de viviendas siguen en proceso en sus entornos.

El Antiguo Ingenio de Diego Caballero, que ocupa un área aproximada de un kilómetro cuadrado, es otro de los lugares en esta lista. Es un conjunto de estructuras y edificaciones que durante la época de la colonia estuvo dedicado a la fabricación industrial del azúcar de caña utilizando la fuerza del agua.

Sobre la colina se pueden identificar los restos de edificaciones y estructuras destechadas que componían el Ingenio como el molino de agua o ingenio, espacio semicircular limitado por muros de ladrillo donde se ubicaba la rueda de moler movida por el agua del río Nigua, a través de acequias; la casa de calderas, donde se observan aún la estructura de los fogones construidos en ladrillo sobre los cuales se colocaban las pailas utilizadas para hervir los jugos de la caña; la casa de purga, construcción en piedra y tapia de forma rectangular donde se colocaban las hormas de barro utilizadas para solidificar los jugos de caña después de ser cocidos al fuego; la acequia, compuesta por canales de alimentación de agua y desagüe construidos en piedra, ladrillo y tapia; otras estructuras, muchas de las cuales no han sido aún liberadas, como el horno de ladrillo y el horno de hormas, el almacén, el embalse y el depósito de agua.

El Centro Histórico Victoriano de Puerto Plata también está en esta lista, y además representa para los visitantes una alternativa para conocer en vacaciones. Este lugar posee una gran cantidad de monumentos y de construcciones antiguas. Se encuentra cerca de la Plaza de la Independencia de la ciudad como lugar céntrico.

Se denomina de estilo Victoriano debido a que es el estilo arquitectónico predominante en esta zona, muchos de ellos son construcciones que datan de la época colonial de esta ciudad. La Fortaleza San Felipe es uno de los ejemplos más interesantes, además de otras construcciones como el Puente de la Guinea que data de 1879, entre otros iconos de la arquitectura local.

Asimismo, los restos de la antigua villa de la ciudad de Azua, es otro de los lugares en esta lista. Conocida históricamente como la villa de Compostela de Azua, son hoy un grupo de ruinas de piedra parcialmente cubiertas por la vegetación. Las ruinas más importantes, la iglesia de Compostela de Azua y el Convento de las Mercedes, se encuentran localizadas en el municipio de Pueblo Viejo y en la Av. 27 de Febrero de la ciudad de Azua.

Otro de los ingenios que está en esta lista indicativa es el de Boca de Nigua, una infraestructura colonial que se construyó a mediados del 1600 para el procesamiento de azúcares, con la utilización de mano de obra esclava.

El legado histórico de esta infraestructura, subraya Cultura, es incalculable, si se toma en cuenta que para la época en que fue construida representó una obra insospechada para los humanos que habitaban el país en aquella época.

El Ingenio está sobre estructuras de barro y ladrillo, con el uso de metal y madera que constituyen un sinnúmero de pasillos que conducen casi siempre a los lugares de procesamiento de caña.

El Ingenio de Engombe es otra infraestructura de la lista. Es considerado como uno de los más importantes ejemplos de patrimonio industrial de tiempos de la colonia. Estuvo destinado por varios siglos a la fabricación de azúcar de caña. El área correspondiente a las ruinas ocupa unos 5.91 kilómetros cuadrados.

De toda la propiedad se destacan la casa de dos niveles y la capilla, únicas de todo el conjunto que han sido restauradas. Ambas estructuras fueron construidas en piedra, siendo la capilla la única cuyo techo ha sido restaurado.

El Ingenio de Sanate, ubicado a la orilla del río del mismo nombre, muy cerca de la confluencia con el río Chavón, del que es afluente, también está en la lista.

En tiempos de la colonia se situó en este lugar un gran ingenio para procesar caña de azúcar. En la actualidad solamente quedan algunas ruinas de lo que, en su tiempo, fue una de las empresas más importantes de la región Este del país. El ingenio Sanate fue construido por Juan de Villoria, copero del rey Fernando el Católico, durante la primera mitad del siglo XVI, entre 1522 y 1536.

La Villa Jacagua de Santiago está también en esta lista. Fue trasladada desde las orillas del río Yaque hasta los terrenos de Jacagua en el año 1504 por orden de Frey Nicolás de Ovando, Comendador de Lares en la Orden de Alcántara.

El establecimiento de la villa de Santiago en los terrenos de Jacagua tuvo una duración de 58 años, ya que en el año 1562, de acuerdo con registros históricos, azotó la zona un gran terremoto que destruyó todas las edificaciones obligando a sus habitantes a retornar a una zona adyacente a la orilla del río Yaque.

Finalmente, otro de los lugares que también está en esta indicativa es el Parque Nacional Jaragua, ubicado en la sierra de Bahoruco. Con 1,536 kilómetros cuadrados de extensión, es una de las áreas protegidas más importantes del Caribe insular. Desde 2002, es una de las zonas núcleo de la Reserva de la Biosfera Jaragua-Bahoruco-Enriquillo. También, es una de las Áreas Importantes para la Conservación de Aves (AICA) de la República Dominicana.

El Parque Jaragua contiene numerosos ecosistemas, desde distintos tipos de bosques naturales hasta playas, costas rocosas, humedales, pastos marinos y arrecifes de coral.

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