Como en nuestro país siempre hay quien(es) le(s) busca(n) la quinta pata al gato, hay más de una versión sobre los orígenes y/o causas de la renuncia de Javier Cabreja de la dirección ejecutiva de Participación Ciudadana, el buque insignia de la denominada sociedad civil.
Él ha alegado públicamente que deja la posición, en la que llevaba varios años, para dedicarse a proyectos personales que aparentemente tenía detenidos por dedicarse a la institución.
Y en la carta de renuncia hasta expresa su agradecimiento a los demás directivos de PC y dice que seguirá presente en las actividades de la entidad.
Pero las malas lenguas afirman que todo no es tan color de rosas. Como hay diferentes versiones, prefiero seguir indagando antes que exponerlas, para no arriesgarme a ser punta de lanza y dejarme utilizar.
Cabreja debería, eso sí, salir al frente a las conjeturas, que ya circulan maliciosamente por la red, y dejar todo claro. La chismografía hay que pararla…
Anthony Santos
El bachatero Anthony Santos ha sido, con los casos judiciales que enfrenta, víctima de su propia prepotencia. Nadie puede suponerse por encima de la ley, por muy popular que sea y por muy elevada que esté llegando a ser su fortuna económica.
El Mayimbe de la Bachata, como se hace llamar Santos y lo repiten sus alabarderos, ha cometido varios errores de apreciación con esos problemas en los tribunales, pese a la reconocida calidad de los abogados que le representan.
Me dicen que para que acudiera la semana pasada ante una magistrada que ya lo había citado varias veces en vano, con él hubo que hacer un trabajo grande de convencimiento y ablandamiento.
Aunque media crónica de farándula haya criticado al juez de Instrucción José Alejandro Vargas por enviarlo a prisión cuando salía del tribunal, pero a causa de otro litigio, muy bien hizo el Magistrado.
Aquí ya hay que poner ejemplos para que cese el desafío a las autoridades, y Anthony Santos ha exhibido mucha prepotencia. Que aguante ahora…
