Suspensión

Modestamente creo que el gobierno del presidente Danilo Medina, ha cometido un error al propiciar la suspensión de las fiestas navideñas de las instituciones del gobierno central y de las instituciones descentralizadas.Y pienso que es…

Modestamente creo que el gobierno del presidente Danilo Medina, ha cometido un error al propiciar la suspensión de las fiestas navideñas de las instituciones del gobierno central y de las instituciones descentralizadas.

Y pienso que es un error porque, en primer lugar, desconoce y sepulta el espíritu principal de la Navidad, que consiste en la celebración y alegría por el nacimiento de Jesús, Salvador de la humanidad. Y en segundo lugar, porque genera un estado general de frustración y tristeza en decena de miles de empleados públicos que se pasan el año entero trabajando sin descanso, y que aspiran a que a final de año sus jefes se acuerden de ellos y de su gran esfuerzo, haciéndoles un lindo pasatiempo festivo durante la época navideña.

Creo que el presidente Danilo Medina fue mal asesorado y no tuvo una buena visión ante esta situación. Quienes lo orientaron para que decidiera la suspensión de las fiestas navideñas con la intención de ofrecer apoyo a las comunidades del norte del país que han sufrido inundaciones, le dieron una orientación incorrecta.

Y es que una cosa no tiene nada que ver con la otra. El gobierno ha sido lo suficientemente solidario con las comunidades que han sido afectadas por todas las lluvias. El pueblo siente que el presidente Medina ha estado a la altura de las circunstancias para mostrar y ejecutar el apoyo solidario del gobierno ante las grandes devastaciones que ha provocado este torrente de lluvias en la zona del norte del país.

No se justifica que ante eso, el gobierno dominicano haya decidido que las instituciones gubernamentales, cuyo funcionamiento y radio de acción están en la capital de la República, sacrifiquen los momentos de alegría y diversión que implican esas fiestas de Navidad.

El tiempo de Navidad es un momento de celebrar, de reunir las familias y amigos, de compartir con los compañeros de trabajo y de recordar todo lo que Jesús ha hecho por nosotros y nuestras vidas. Es al gobierno central, y muy especialmente al propio presidente Medina, que le corresponde y conviene mantener el espíritu de alegría y diversión del pueblo dominicano, y mucho más aun en una temporada como la navideña, donde todo el mundo quiere sentir la alegría y el sabor de este tiempo.

Haber suspendido como gobierno esas celebraciones, es un error estratégico que podría tener serias consecuencias para el propio liderazgo de Danilo. Él ha demostrado que como estadista siempre está al lado de la población y oye sus reclamos e inquietudes, para tomar decisiones sabias y certeras. Pero al parecer, en esta situación sus principales asesores de imagen le recomendaron que eliminara las fiestas navideñas de las instituciones del Estado, porque eso repercutiría en beneficios políticos para él. Pero en este aspecto se equivocaron totalmente.

Danilo no debería permitir que los empleados públicos se sientan tristes, solos y abandonados en esta época de alegría como es la Navidad. Con esta decisión de no permitirles disfrutar juntos como hermanos con sus otros compañeros de trabajo, la alegría de este temporada, Danilo y el gobierno han actuado contrario a su accionar de siempre, que busca favorecer la felicidad de la gente. Ojalá que el gobierno entienda su error y tome la iniciativa de revocar esa decisión que, en esta época de Navidad, provoca mucha tristeza y pesar. Presidente y amigo Danilo Medina, todavía estamos a tiempo para traer alegría y felicidad a los empleados públicos y sus familias. Por favor, revoque esa medida. 

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