Persiste problema de las fichas atribuidas por error

Manuel Ramírez, de 70 años, descubrió que tenía una ficha por el delito de tráfico de drogas desde hace diez años, siendo inocente, cuando solicitó un certificado de no antecedentes penales para solicitar un traspaso de arma.

Manuel Ramírez, de 70 años, descubrió que tenía una ficha por el delito de tráfico de drogas desde hace diez años, siendo inocente, cuando solicitó un certificado de no antecedentes penales para solicitar un traspaso de arma.

Manuel Ramírez es el nombre ficticio del protagonista de un hecho real que se repite en cinco de cada 100 personas que solicitan un certificado de no antecedentes penales, de acuerdo a la secretaria general de la Procuraduría General de la República, Gladys Sánchez Richiez.

Ramírez vendió su arma de fuego y cuando solicitó un certificado de no antecedentes penales para completar los requisitos de los trámites de traspaso, le informaron que estaba fichado por drogas. Su indignación fue evidente. Reflexionó sobre la manera en que esto le pudo afectar sin darse cuenta durante los diez años en que su récord estuvo manchado por error.

Hay empresas -regularmente de seguridad privada-, entidades bancarias y hasta embajadas que tienen acceso a los registros de la Policía para investigar el estado en que se encuentran ciudadanos a los que prestan servicios. En muchos casos que encuentran fichas no les informan a la persona y le niegan el servicio. Esa persona siendo inocente no puede hacer nada para demostrarlo porque ignora los hechos que se le imputan.

Un certificado de no antecedentes penales o “papel de buena conducta” es requerido para citas consulares, inscripciones en la universidad, solicitud de empleo, para la licencia de conducir, algunas transacciones bancarias, entre otros.

¿Por qué aparecen personas con fichas que no le corresponden? Sánchez Richiez explica que la base de datos de las instituciones que proporcionan las informaciones sobre las fichas delictivas presenta inconsistencias, entre ellas la Policía Nacional y la Dirección Nacional de Control de Drogas.

Esto debido, añade Sánchez Richiez, a que muchos ciudadanos al momento de ser detenidos no portan un documento de identidad y suministran un número de cédula errado o sólo dan su nombre, coincidiendo estas informaciones con el nombre, cédula nueva o cédula vieja de otra persona.

“Esta situación no se encuentra bajo nuestro control, pero contamos con un personal altamente calificado que proporciona información completa y detallada del caso a los ciudadanos sobre el procedimiento a seguir, el cual es muy sencillo”, apunta.

Si no existe inconveniente, ese tipo de certificación se obtiene en menos de 30 minutos. En el Centro de atención al Ciudadano del Distrito Nacional se atienden unas 600 solicitudes diariamente.

“La excepción más frecuente es la no existencia del registro del ciudadano en la base de datos, por ser extranjero o porque su documento de identidad es muy reciente y no hemos recibido la actualización de la información de la Junta Central Electoral”, expuso la secretaria general de la Procuraduría.

Desde 2007 la Procuraduría es la única que tiene la facultad para emitir ese tipo de documento que antes también expedía la Policía Nacional.

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