Seré directa: ¡Besémonos!

Se destinan millones de pesos para construir de todo, menos un lugar decente y casi exclusivo para novios. Y aunque me digan que besarse es posible…

Se destinan millones de pesos para construir de todo, menos un lugar decente y casi exclusivo para novios. Y aunque me digan que besarse es posible en el Zooberto; hermanos: unir labios debajo de un mono es algo que se ve muy feo. Respetémonos.

Luego, las estadísticas alarman con la tasa de natalidad. Pero si es que, socialmente, casi obligan a que se deje de “comer gallina” para que las parejas coman pavos, chivos, guineas; es más ¡la granja entera! No quieran saber la lucha que da, sobre todo a principio de un noviazgo, darse un par de besitos. Empezando porque no hay parque que inspire a sentarse después de las 6:00 de la tarde sin presentir que ese día “donarás” parte de tu vestimenta y de lo que llevas en tu bolsillo o cartera a una familia… a la familia del que te atraque. Y, siguiendo, con que no hay quién se salve de los cuchicheos de reprimidos y doñas, que si  logras “leerles los labios” te encontrarás con este poema dicho casi como una escena en cámara lenta: jo-ven-ci-ta-sin-ver-güen-za.

¿Por qué si en los sitios públicos se habilitan zonas para fumadores, las alcaldías no proponen zonas para besadores, para novios? Yo no sé ustedes, pero aún siendo cuestión de que cada uno decida bien destrozarse los pulmones, creo que es mejor deleitarse con algo tan saludable como el beso.

Y bien, puede ser un lugar en buen estado, debidamente iluminado, seguro y cuidado. Sí, porque no para todo el mundo besarse en sinónimo de compartir en lo oscuro.  La lógica: si hay espacios para novios, ninguna hormona reprimida explotará para saltarse el menú. Besarse no es un delito.

La no-existencia de estos lugares acrecienta el negocio motelero, entre gente aún muy joven; los policías corruptos que—usando los besos como chantaje— le sacan sus cenas y hasta las de sus abuelas a quienes besándose encuentren; y, el libertinaje… actitud que surge precisamente por la insistencia de refrenar sentimientos. Eso sí, aclaremos: una cosa es besarse y otra desbaratarse. Empero, si existiesen lugares para los novios la gente quizás desarrollara una cultura hasta tierna para besarse en público. Vamos, cuando el beso es un beso… la cordura queda intacta porque lo que verdaderamente importa es sentir una pequeña muestra de esa expresión simbólica de amor.

Posted in Sin categoría

Se destinan millones de pesos para construir de todo, menos un lugar decente y casi exclusivo para novios. Y aunque me digan que besarse es posible en el Zooberto; hermanos: unir labios debajo de un mono es algo que se ve muy feo. Respetémonos. Luego, las estadísticas alarman con la tasa de natalidad. Pero si es que, socialmente, casi obligan a que se deje de “comer gallina” para que las parejas coman pavos, chivos, guineas; es más ¡la granja entera! No quieran saber la lucha que da, sobre todo a principio de un noviazgo, darse un par de besitos. Empezando porque no hay parque que inspire a sentarse después de las 6:00 de la tarde sin presentir que ese día “donarás” parte de tu vestimenta y de lo que llevas en tu bolsillo o cartera a una familia… a la familia del que te atraque. Y, siguiendo, con que no hay quién se salve de los cuchicheos de reprimidos y doñas, que si  logras “leerles los labios” te encontrarás con este poema dicho casi como una escena en cámara lenta: jo-ven-ci-ta-sin-ver-güen-za. ¿Por qué si en los sitios públicos se habilitan zonas para fumadores, las alcaldías no proponen zonas para besadores, para novios? Yo no sé ustedes, pero aún siendo cuestión de que cada uno decida bien destrozarse los pulmones, creo que es mejor deleitarse con algo tan saludable como el beso. Y bien, puede ser un lugar en buen estado, debidamente iluminado, seguro y cuidado. Sí, porque no para todo el mundo besarse en sinónimo de compartir en lo oscuro.  La lógica: si hay espacios para novios, ninguna hormona reprimida explotará para saltarse el menú. Besarse no es un delito. La no-existencia de estos lugares acrecienta el negocio motelero, entre gente aún muy joven; los policías corruptos que—usando los besos como chantaje— le sacan sus cenas y hasta las de sus abuelas a quienes besándose encuentren; y, el libertinaje… actitud que surge precisamente por la insistencia de refrenar sentimientos. Eso sí, aclaremos: una cosa es besarse y otra desbaratarse. Empero, si existiesen lugares para los novios la gente quizás desarrollara una cultura hasta tierna para besarse en público. Vamos, cuando el beso es un beso… la cordura queda intacta porque lo que verdaderamente importa es sentir una pequeña muestra de esa expresión simbólica de amor.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas