Los ricos, los curadores y los grandes coleccionistas se reunieron en el día previo a la apertura, que es cuando se cierran los negocios más importantes. Y hubo mucho movimiento.
Los espectaculares precios que alcanzaron obras contemporáneas subastadas en Sotheby’s y Christie’s parecen haber alentado a los galeristas, que exponen sus mejores piezas ofreciéndolas por precios que no les temen a los ocho dígitos.
Helly Nahmad, de Nueva York, llevó nada menos que ejemplares de Max Ernst, Wassily Kandinsky y «L’homme à la pipe», de Pablo Picasso, que está a la venta por 14 millones de dólares.
Pero al abrirse las puertas de la feria, un día después de la jornada a la que estaban convocadas la elite, ninguna de estas obras estaba marcada con el significativo punto rojo. Y poco después de la inauguración VIP, una pintura de grandes dimensiones de Jonathan Lasker fue vendida por un monto de seis dígitos.
Dos años después de la crisis financiera, los expertos han recuperado la confianza en el negocio, si bien no tanto las ganas de experimentar: este año, el área «Art Unlimited», que se propone ser innovativa y monumental, sólo cuenta con 62 obras.
En los 17.000 metros cuadrados de la exposición en los que se pueden apreciar obras de grandes dimensiones brillaron los nombres de Anish Kapoor, John Baldessari y Daniel Buren. Aunque esta parte no pudo evitar tener cierto efecto «déjà-vu».