«No ha sido acusado de ningún delito en ningún país. Las condiciones de su detención son excesivas y degradantes», afirmó WikiLeaks en un comunicado acompañado de un vídeo enviado al diario británico Daily Telegraph.
Assange vive desde el 16 de diciembre prácticamente recluido en una mansión situada a unos 200 km al este de Londres a la espera de una decisión sobre la solicitud de extradición presentada por Suecia para interrogarle por cuatro supuestos delitos de agresión sexual, incluida una violación, denunciados por dos mujeres en ese país.
El australiano, de 39 años, que niega las acusaciones aunque admite haber mantenido relaciones consentidas con las denunciantes, debe llevar permanentemente un dispositivo electrónico en un tobillo, respetar un toque de queda nocturno y presentarse a diario a una comisaría cercana a su lugar de residencia, propiedad de su amigo Vaughan Smith.
Además, WikiLeaks denuncia que las autoridades colocaron tres cámaras de seguridad en el exterior de la mansión y que la situación de Assange repercute negativamente en la labor de WikiLeaks, especializado en la filtración de documentos secretos.
Assange ha denunciado desde el principio que la solicitud sueca responde a motivaciones políticas tras la difusión desde 2010 en WikiLeaks y numerosos diarios de miles de cables confidenciales de la diplomacia norteamericana, así como de documentos secretos sobre las guerras de Irak y de Afganistán.
El recurso de apelación presentado en marzo por Assange contra la decisión de un juez de autorizar su extradición será examinada en una vista prevista para los próximos 12 y 13 de julio en la Alta Corte de Londres.
