¿Seriedad o diversión?

La divulgación a través de los medios de comunicación de los cables de WikiLeaks que hablan de la República Dominicana no ha pasado de ser un elemento de entretenimiento, curiosidad y momentánea distracción en el ambiente nacional. Esto de por s

La divulgación a través de los medios de comunicación de los cables de WikiLeaks que hablan de la República Dominicana no ha pasado de ser un elemento de entretenimiento, curiosidad y momentánea distracción en el ambiente nacional.

Esto de por sí llama la atención porque algunos de esos despachos revelan situaciones sumamente graves y no han tenido hasta el momento repercusión en cuanto a hechos relevantes, más allá de comentarios, aclaraciones, desmentidos y silencios ante algunos señalamientos.

Quizás esto no debería ser motivo alguno de extrañeza porque como la experiencia se ha encargado de demostrar, nuestras persistentes debilidades institucionales impiden todavía contar con un efectivo sistema de consecuencias ante la comisión de extravíos de todo género.

Imbuidos en sus urgencias cotidianas y en los asuntos que más los afectan directamente, diversos sectores y la gente en general lee estos informes a veces con el morbo, la intriga y también el escepticismo que suscitan algunos de estos cables.

Aunque en ciertos casos se trata de cuestiones muy serias que han quedado al descubierto con estas filtraciones de informes que la embajada de Estados Unidos enviaba a Washington en diferentes períodos, es probable que ya no tengan la fuerza suficiente como para conmocionar la conciencia nacional.

Aún así, hay quienes piensan que pueden ser utilizadas como un ejercicio interesante para cotejar y contextualizar mejor algunos hechos pasados y comprender con más precisión la idiosincrasia del dominicano y la forma sinuosa en que se mueve la diplomacia.

Es lamentable que no se pueda establecer qué hay de verdad, de mentira o de distorsión en estos cables porque los hechos y la realidad deberían ser enfrentados con el rigor y la responsabilidad que ameritan.

Otros consideran que el silencio de algunos de los personajes mencionados en situaciones anómalas es una estudiada estrategia, conscientes como están de que en la República Dominicana la dinámica de los acontecimientos va cambiando rápidamente el foco de atención sobre los hechos, aun los más graves y controvertidos.

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