Hace diez años

Me levanté a las 5:00 a.m., al igual que los nueve días anteriores que se iniciaron el 2 de septiembre del 2001. Era el 11 de septiembre, el último día del Roadshow de la incursión inaugural de la RD en el mercado global de capitales, donde esperába

Me levanté a las 5:00 a.m., al igual que los nueve días anteriores que se iniciaron el 2 de septiembre del 2001. Era el 11 de septiembre, el último día del Roadshow de la incursión inaugural de la RD en el mercado global de capitales, donde esperábamos colocar US$500 millones de bonos soberanos que el Gobierno de Hipólito Mejía invertiría para contrarrestar el ciclo recesivo en EUA del año 2001.

La economía norteamericana, que había crecido 8.0% en el segundo trimestre del 2000, se debilitó en la segunda mitad del año (2000-III: 0.3%, 2000-IV: 2.4%), y entró en recesión, según el National Bureau of Economic Research, en marzo del 2001 (2001-I: -1.3%, 2001-II: 2.7%, 2001-III: -1.1%).  Guillermo Perry, economista jefe del Banco Mundial en ese momento, señaló que la decisión del Gobierno dominicano de  colocar US$500 millones en bonos, era la adecuada para enfrentar el ciclo recesivo.

El 2 de septiembre, junto a Hugo Guiliani, entonces Secretario de Industria y Comercio, y Jaime Aristy, Economista de la Unidad del Programa de Mediano Plazo de Financiamiento Externo en la que me desempeñaba como Director Ejecutivo, viajé a Miami para tomar el vuelo de Bristish Airways a Londres. Allí grabamos para Bloomberg la presentación sobre la economía dominicana que servía de base al mercadeo de los bonos soberanos. Lisandro Miguens de JPMorgan y Brendan Goffinet de Morgan Stanley, los dos bancos seleccionados para liderar la transacción, se habían unido al equipo.

Habíamos llegado con mucho optimismo. El 29 de agosto, Moody’s, luego de intensos intercambios que sostuvimos con sus analistas principales, mejoró dos escalones (de B1 a Ba2) la calificación de riesgo de RD.

El 3 de septiembre en la tarde, viajamos a Frankfurt, Alemania. Muy temprano en la mañana del día 4 iniciamos el primero de tres encuentros (one-to-one meetings) con inversionistas. Contentos con los resultados, partimos al aeropuerto para tomar un vuelo de Lufthansa que nos llevaría a Amsterdam, donde nos reuniríamos con Amit Gupta, un analista perspicaz que tomaría la decisión por parte de MN Services, una firma que administra fondos de pensiones por más de 65 billones de euros. Bajo una intensa lluvia, salimos a Rotterdam, donde tomaríamos un avión pequeño de VLM para regresar a Londres.  En la mañana del 5 de septiembre, después de dos exitosos encuentros con Invesco y Deutsche Asset Management, llegamos al mediodía al Hotel Savoy, donde haríamos una presentación a cerca de 50 potenciales inversionistas.  Terminada la presentación, salimos a un encuentro con West LB y con Jana Benesova, una checa muy rigurosa quien tomaría la decisión de inversión por parte de Credit Suisse.

Salimos corriendo a Heathrow para no perder el vuelo de British de las 8:05 pm que salía a New York. Corría con el carry-on mientras hablaba por celular con Clarisa Cerro, de JPMorgan, quien acabada de darme una mala noticia: Standard & Poor’s (S&P) había mejorado la calificación de riesgo en apenas un escalón, de B+ a BB-.  Richard Francis, el analista de S&P, había tomado una decisión que afectaría el esfuerzo de RD de colocar los bonos con una tasa más baja que la que Lisandro y Brendan habían proyectado (entre 9.875% y 10.375%).  Según ellos, esa tasa era muy buena pues los bonos de Colombia, que tenía mejor rating de S&P (BB) que nosotros, se estaban transando entre 9.72% y 9.80%.

Logramos tomar el vuelo. Hugo estaba cansado, no había dormido bien.  Le pregunté si quería un Dormicum que lo ayudaría a dormir profundo.  Le dí la pastillita y le advertí que la tomara después de cenar.  Comencé a notar que pasaba las páginas de la revista cada vez más lento. Hasta que goteó. Se la tomó antes de cenar.  Le recosté el sillón y lo arropé.

Me pasé el vuelo discutiendo con Lisandro y Brendan sobre la tasa de interés que pagaríamos sobre el bono. Para presionarlos les decía que el Presidente Mejía no aceptaría pagar por encima del 9%.  “¿80 puntos básicos por debajo de Colombia que tiene mejor rating que la República?”, protestaba Lisandro, mientras Brendan se enrojecía. Jaime, que presenciaba el ejercicio de presión, me decía “tu si eres malo, vas a matar a Brendan”.

Cuando el avión toca tierra a las 10:45 pm hora de Nueva York, Hugo brinca del asiento. “¿Y la cena, ya la trajeron?”. Habían pasado casi 8 horas y Hugo no se había dado cuenta.  Cuando le conté sólo atinó a decir: “Oye, pero esa patillita es efectiva”.

Esa noche dormiríamos 3 horas, pues el 6 de septiembre salíamos a Miami a las 6:30 am. Ya en Miami, luego de una llamada de conferencia con Vanguard, hacemos una presentación a decenas de inversionistas en el Mandarin Oriental, seguida de una llamada de conferencia al final de la presentación. Salimos corriendo al aeropuerto para tomar el vuelo de American de la 1:20 pm a Los Ángeles.

Llegamos a las 3:42 p.m. y un vehículo nos recoge para uno de los encuentros más esperados del Roadshow: la reunión con Mohamed El-Erian, el egipcio que hoy es CEO de PIMCO, la firma que administra uno de los  fondos de inversión más grandes del mundo, con una cartera de US$1.3 trillones de dólares. Lisandro me había advertido que el egipcio manejaba muy bien los temas económicos; había pasado 15 años en el FMI. Cuando salimos, Lisandro estaba feliz.  En adición al excelente intercambio que tuvimos con Mohamed sobre la economía dominicana, Lisandro se llevó la impresión de que el egipcio se sentía cómodo con la narración del dominicano de sangre siria-libanesa.

De nuevo al aeropuerto. San Francisco era el próximo destino. Llegamos al hotel a las 10:00 p.m. Largo día. Nos habíamos levantado a las 4:00 a.m. en Nueva York, y luego de paradas en Miami y Los Ángeles, llegábamos, 23 horas después, al hotel en San Francisco.

El viernes 7 de septiembre salimos  bien temprano al encuentro con Franklin Advisers. De ahí al aeropuerto, para volver a Los Ángeles, donde a las 11:00 a.m. nos reuniríamos con TCW Insurance Advisors, seguido por otra llamada de conferencia, y un encuentro con Rob Niehart, de Capital Research.  Terminado el encuentro, una llamada de conferencia, con los analistas de Goldman Sachs.

De nuevo al aeropuerto para tomar el vuelo que salía de Los Ángeles a las 5:00 p.m. con destino a Nueva York. Por fin, tendríamos un break. Llegamos a Nueva York a la 1:07 am del sábado 8 de septiembre.  Todos caímos como mangos en el hotel. Mi esposa Elizabeth viajó ese día de Santo Domingo para encontrarse conmigo en Nueva York. También lo hizo Milady, la esposa de Hugo.

El domingo 9 de septiembre viajamos a Boston, para iniciar el lunes 10 de septiembre a las 8:00 a.m. un encuentro con Wellington Management; a las 9:30 a.m. con MFS Investment Management; a las 11:00 a.m. con Standish Ayer & Wood; y terminar con una presentación-almuerzo para potenciales inversionistas en el Wyndham Hotel. De ahí salimos al aeropuerto, para viajar a Nueva Jersey, donde tendríamos el último encuentro de ese día.  Ya en el aeropuerto de Logan, nos informan que el vuelo ha sido cancelado: un fuego en un edificio en construcción en el aeropuerto de Newark forzó su cierre temporal. 

Decidimos rápidamente tomar un vehículo y sustituir el encuentro en Nueva Jersey por una llamada de conferencia con los inversionistas. Mientras conversaba con ellos, notaba que Lisandro y Brendan estaban sonrientes, muy contentos. Media hora después, les pregunto la razón.  Lisandro me dice. “Muy buenas noticias Andy. No hemos abierto todavía el libro y sin haber trabajado Nueva York, que es la plaza más importante, ya tenemos solicitudes de clientes de Europa, Los Ángeles y San Francisco, por US$1,200 millones.” “¿Entonces podremos bajar la tasa a 9.00%?”, les pregunté. Ambos dejaron de sonreir.

Llegamos a New York cerca de las 7:00 p.m. Nos fuimos a descansar, pues al día siguiente, 11 de septiembre, teníamos una agenda intensa que incluía anunciar la tasa que pagaría el bono, luego de la reunión que tendríamos con el difícil Joe Mullally, de Travelers, quien tenía reputación de ser muy exigente en las negociaciones.

Lisandro y  Brendan me pidieron tener un desayuno a las 6:00 a.m. en el hotel, para una conversación con Moctar Fall, que era el Managing Director y Head of Debt Capital Market de JPMorgan.

A las 6:00 a.m. del 11 de septiembre saludo a Moctar, un afroamericano brillante, considerado hace poco como uno de los 5 banqueros de color más poderosos de Wall Street. El objetivo del desayuno fue revelado inmediatamente: hacerme comprender que 9.00% era un objetivo imposible de alcanzar. Decidimos dejar el tema.  Tomaríamos la decisión final luego de la reunión con Mullally.

Con el toro, así le llamaban, no tuvimos una reunión sino una discusión acalorada, provocada a propósito por él.  Quería descubrir hasta dónde podía llegar. Mullally quería una tasa de 10.00% mínimo.

Le dijimos que comprara otro bono.  La reunión terminó cuando nos paramos y dijimos que no necesitábamos a Traveller, pues el libro ya superaba los US$2,000 millones y sólo colocaríamos US$500. Mientras caminábamos hacia JPMorgan, Lisandro recibe una llamada.  Era Mullally. Que lo anotaran con US$50 millones y que no aceptaría una asignación menor a ese monto.

Llegamos a JPMorgan, en Park Avenue, entre la 51 y la 52. Subimos al piso 11, para tener dos llamadas de conferencia con Conseco y American General.  Pero antes de hacerlas, acordamos con Moctar Fall y Francisco Pujol que lanzaríamos el bono con una tasa de 9.25%.  A las 8:47 a.m, Pujol toma el teléfono para anunciar el “pricing”.

Su cara se transforma. Le informan que tendremos que esperar un momento, pues el mercado está transitoriamente cerrado ya que “una avioneta” se estrelló hace un minuto contra la Torre Norte del Wall Trade Center. Encendemos la tv. Todos en shock.  A las 9:03 a.m. vemos otro avión estrellarse contra la Torre Sur, donde a las 4:00 p.m, en el piso 31, tendríamos con Claudia Calich, la analista de Oppenheimer Management Co., el último encuentro del Roadshow.

(Continuará…)
Los artículos de Andy Dauhajre en El Caribe pueden ser leídos en www.miprd.org/andy

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