La música barroca vive… en la Zona Colonial

Resulta realmente milagroso el fenómeno de la popularidad de la música barroca, que desde hace 300 años viene cautivando tanto a profesionales como aficionados del arte musical.

Resulta realmente milagroso el fenómeno de la popularidad de la música barroca, que desde hace 300 años viene cautivando tanto a profesionales como aficionados del arte musical.

La palabra “barroco” se deriva de “barocco” en italiano, que quiere decir “bizarro” o “exuberante”.  El uso de este término se originó en la década de 1860 para describir el estilo altamente ornamentado de la arquitectura religiosa y pública de los siglos XVII y XVIII en Italia, Alemania y Austria. A principios del siglo XX, el término “barroco” empezó a ser aplicado al período comprendido entre el siglo XVII y principios del siglo XVIII, y hoy es universalmente aceptado que la “música barroca” es aquella que se originó, hablando en términos generales, alrededor de 1600 y tuvo su apogeo entre 1700 y 1750.

La magia de la música barroca se conjuró la noche del miércoles 7 de septiembre en la iglesia del Convento de los Dominicos, durante una de las noches más calientes en lo que va de año, donde la belleza del templo católico y sus altares sirvieron de marco a las exquisitas interpretaciones de la Camerata Colonial, bajo la atinada dirección de John Thomas Dodson, quien dio muestras de tener un excelente pulso para este repertorio, con especial atención a la afinación y los matices de este lujoso repertorio. Los tiempos del maestro Dodson en este repertorio tienden a una concienzuda ligereza, pero sin apresuramientos inorgánicos, que a menudo pueden contaminar las obras musicales barrocas en manos menos experimentadas.

La radiante Sinfonía No. 5 de William Boyce que abrió el programa, explica por sí sola por qué este antiguo niño cantor inglés y posteriormente organista de la Capilla de Oxford se ha establecido en los repertorios de tantas orquestas de renombre y de muchas compañías de danza que aprovechan sus nítidos ritmos para obras coreográficas. Desde el primer movimiento (Allegro ma non troppo: Allegro assai) pudimos darnos cuenta de que iba a ser una noche excepcional, y esto quedó reconfirmado con el Concerto Grosso, Opus 6, No. 6 de Handel, uno de los mejores ejemplos del gran concierto barroco.

En esta modalidad de concierto, el material musical se pasa de un pequeño grupo de solistas (“concertino”) a toda la orquesta (“ripieno”), y se diferencia del “concerto” propiamente dicho en que este último presenta un instrumento solista único que lleva la línea melódica, acompañado por la orquesta. Con la Camerata Colonial, los violinistas Kurt Nikkanen e Igor Vasiljevic, así como la cellista Milena Zivkovic mantuvieron un luminoso nivel interpretativo, haciéndonos entender, entre otras virtudes, por qué el tercer movimiento (Musette: Larghetto) está considerado como la gloria de este concierto, con sus melodías cantables y lamentosas.

Nikkanen volvió a lucirse como figura estelar en la sinfonía en Re Mayor de Bach, que incluye una parte para violín que resulta jocosa por la peculiaridad de sus sonidos, y con su tremenda energía vital que invita a la danza, no obstante ser parte de una cantata eclesiástica perdida.

En la “Chacony” de Purcell, la sutileza de sus 18 variaciones produce un efecto de misteriosa belleza, creando una atmósfera de reflexión y melancolía.

La espléndida noche terminó con música de celebración: la suite No.3 de Bach, cuyo segundo movimiento (“Aria”) es una de las melodías más hermosas jamás compuestas. Dodson logró colores orquestales sorprendentemente brillantes y regios, reproduciendo con elegancia las reverencias de Bach a la música italiana y francesa de su época.

En medio de un verano dominicano tan agitado en todos los sentidos, “El esplendor del barroco” con la Camerata Colonial resultó una ventana abierta hacia un mundo mejor, aunque debemos mencionar que los ruidos callejeros por momentos rompieron la concentración.

Un ¡bravo!

Felicitaciones a Yolanda Borrás, directora ejecutiva y de Educación del proyecto “Conciertos de la Villa de SD”, así como a su equipo por tan valioso aporte a la cultura musical del país, y un “bravo” más para las instituciones que auspiciaron esta serie, entre ellas el Banco Popular.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas