Nunca pensé que me acostumbraría a ti tan rápido, y eso, que mis amigos me decían que desde que te diera la oportunidad de ser parte de mi vida nunca te soltaría, que me volvería adicta a ti. Yo, incrédula a sus afirmaciones, no les hice caso, los llame “dependientes emocionales” e “inmaduros”.
Quizás la gente piense que soy una amargada y aburrida, pero es que me han fallado tantas veces que no podía darme el gusto de perder mi tiempo… y como el tiempo es dinero me resultaba difícil dar mi brazo a torcer. La situación económica, aquí y en Japón está muy dura. pero aún así, te di el chance, a pesar de que físicamente no me parecías tan atractivo, más bien te veía algo “cuadrado” y tosco.
En un inicio te trataba con distancia y desconfianza. Al poco tiempo me demostraste que siempre ibas a estar ahí, junto a mí, en las buenas y en las malas. Fue tan lindo gesto que no me dejaras sola cuando tuve que partir lejos de casa, e incluso, cuando te enfermaste en par de ocasiones. Era como si fuésemos un matrimonio. Estaba feliz, emocionada, ilusionada y aferrada a ti. Hasta que me fallaste.
¿Por qué te fuiste sin avisar? Pensé que había una plataforma solida entre nosotros. Pero no creas, caí en depresión, hice todo lo contrario, lo cual agradezco. Te doy las gracias porque tu fallo me demostró que no se debe confiar en algo tan frío como la tecnología. Gracias Blackberry por salir de mi vida por unos días, porque me has dado la oportunidad de volver al viejo hábito de escuchar la voz de con quien hablo, a observar al chico lindo que se sienta al lado, gracias porque en estos días he recibido más abrazos, besos y sonrisas; y porque me has demostrado que tengo otras opciones de comunicación. Solo te digo que de ahora en adelante te portes bien porque estoy pensando seriamente en cambiarte. Quizás el iPhone 4 sea tu sustituto…
