La Habana tesoro cultural del Caribe

La Habana, Cuba.- La Habana es una ciudad para limpiar la vista, sus impresionantes monumentos y un malecón que parece interminable a la mirada constituyen un atractivo para los visitantes.

La Habana, Cuba.- La Habana es una ciudad para limpiar la vista, sus impresionantes monumentos y un malecón que parece interminable a la mirada constituyen un atractivo para los visitantes.Salir a caminar, cámara en mano, especialmente por La Habana Vieja, significa estar tentado de forma permanente a querer quedarse allí. La Habana Vieja es la ciudad antigua, formada a partir del puerto, el centro oficial y la Plaza de Armas. Las aglomeraciones de personas que diariamente se observan por estos lados no son casuales. Esta zona alberga grandes monumentos antiguos, fortalezas, conventos e iglesias, palacios y callejuelas que los visitantes desean conocer. En definitiva, es todo un conglomerado colonial.

La Habana fue fundada el 16 de noviembre de 1519 por el conquistador español Diego Velázquez de Cuéllar, sin embargo, a pesar de que cumplirá 493 años, parece no perder el atractivo nunca. En los espacios escogidos por los turistas para caminar, tomar fotografías o hacer videos, también se adquieren cervezas de marca cubana y el típico mojito, de factura local.

Las mercancías que se ofertan son diversas, desde un llavero con la imagen del guerrillero Ernesto Che Guevara o Fidel Castro, hasta una guitarra o un libro sobre la revolución cubana. En La Habana la Plaza de Armas es la más antigua. La población de La Habana es de 2,135,498 habitantes.

La ciudad colonial de Santo Domingo, República Dominicana, guarda un parecido con La Habana de los años cincuenta (de antes de la revolución de 1959). Eso explica porqué algunos directores de cine han optado por tomar a República Dominica para sus films, cuando han tenido que referirse a Cuba y no han podido hacer el trabajo en esa nación. Uno de ellos ha sido Andy García, con el largometraje “La Ciudad Perdida”.

Un termómetro

Un recorrido por la zona colonial de La Habana representa una fórmula para tener una idea amplia sobre la vida en ese lugar, catalogado por muchos como “detenido en el tiempo”. Por estos lados está la persona que pide una moneda a los turistas, el que oferta una empanadita de harina rellena de guayaba o el que simulando una estatua logra detener a multitudes que observan sus movimientos robóticos y que finalmente se deciden por regalarle una moneda convertible (CUC). En Cuba los extranjeros no pueden pagar lo que compran con moneda nacional, sino con la convertible, cuyo valor frente a la nacional es de 24×1.

De día La Habana recibe a los visitantes deseosos de probar la denominada “ropa vieja” u otras recetas que se encuentran en los restaurantes o los llamados paladares. La ropa vieja, carne desmechada o carne mechada (el nombre varía dependiendo del país), es una preparación a base de carne deshebrada, específicamente de la falda de la vaca, consumida en Cádiz, Huelva, Islas Canarias, Cuba, Venezuela, Puerto Rico, Colombia y Panamá. Existen muchas formas de preparar el plato. En la zona caribeña la carne deshebrada acompaña frijoles, plátanos, arroz blanco y en ocasiones arepas. Una cervecita cubana suele anteceder la llegada del plato.

Los soneros

La Habana, especialmente en la parte por donde caminan visitantes extranjeros, es también música. En el principal paseo de la zona colonial gran parte de los negocios de venta de bebida y comida mantienen en vivo una orquesta. En el día, un equipo de soneros pone ritmo a una diversidad de melodías.

En la noche ese grupo es sustituido por otro que nada tiene que envidiar al anterior. Una vez concluido un set de canciones, los músicos pasan por cada una de las mesas ofertando su CD (disco compacto, por sus siglas en inglés).

Esos CD son una recopilación de temas propios de los músicos o de artistas ya fallecidos, que en el pasado hicieron historia y que éstos interpretan de forma magistral. l

Un tránsito bastante ligero a todas horas

En La Habana no existen las “horas pico”, si se observa que en ese lugar rara vez se producen taponamientos de autos, un elemento favorable para quienes conducen, pues garantiza un bajo nivel de estrés. “Aquí la gente no se atreve a violar las leyes de tránsito, pues existen infracciones recias y acumulativas”, dijo un taxista, en una conversación con quien escribe este artículo.

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