La asistencia a los enfermos terminales plantea una serie de problemas relacionados no sólo con el área médica, sino con el área jurídica y los valores éticos.La Sociedad Dominicana de Anestesiología auspició un conversatorio sobre“ La Muerte y el Morir: Manejo farmacológico del final de la vida”, a cargo de la ginecóloga-oncóloga, Gloria Castillo.
Castillo, quien además es la directora del programa Cuidados Paliativos y Alivio al Dolor por Cáncer, disertó sobre la etapa final de la vida, reanimación cardio- pulmonar, voluntades anticipadas, sedación paliativa y sedación terminal, colocación en respirador, permanencia prolongada en un respirador, alimentación artificial y las transfusiones.
Castillo explicó que la asistencia a un enfermo terminal es uno de los más importantes deberes profesionales, y que el médico está obligado a desempeñar la genuina función de ayudar y atender al morir a sus pacientes por medio de un tratamiento competente del dolor y la angustia.
Destacó que la importancia de los cuidados paliativos es que afirman la vida y reconocen la muerte como un proceso natural, además de que proporcionan un alivio del dolor y otros síntomas que integran los aspectos psicosociales y espirituales en el cuidado del paciente, al tiempo que ofrecen un sistema de ayuda para que los pacientes puedan vivir lo más activamente posible hasta el momento de su fallecimiento.
La doctora Castillo afirma que es importante que antes de que un paciente llegue a la fase terminal, se tomen las decisiones médicas correspondientes y de común acuerdo con la familia y con el paciente, siempre y cuando éste último se encuentre en condiciones de participar.
A muchos pacientes se les puede librar del dolor
Castillo señala que es muy importante tomar en cuenta la calidad de vida que tendrá un paciente en la fase terminal de su enfermedad, a fin de que pueda tener una adecuada calidad de muerte.
La presidenta de la Sociedad Dominicana de Anestesiología, Dalma indicó que millones de pacientes en el mundo pudieran ser aliviados de dolor y sufrimientos innecesarios si tuvieran acceso puntual a un buen programa de cuidados paliativos, no sólo los de cáncer sino también los de VIH/SIDA, insuficiencia cardíaca, enfermedades respiratorias, renales, neurológicas y enfermedades degenerativas en sentido general.
