Con sorpresa leí que el presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), José Sulaimán, lanzó duras críticas contra el astro filipino Manny Pacquiao. Lo calificó como jugador de casinos, bebedor (asiduo) de alcohol y de que “ha descuidado” el gimnasio.
Me sorprenden esas declaraciones de Sulaimán quien se ha caracterizado como un dirigente sosegado, ecuánime y defensor en firme de los boxeadores.
Pacquiao ha sido, y creo que nadie debe dudarlo, el boxeador más exitoso de los últimos diez años.
Además los informes dicen que es un ciudadano ejemplar, honesto, buen esposo, excelente padre y tiene amor a su patria. Recuerden que es, además, legislador al Congreso de Filipinas.
Pero también siempre se le ha sindicado como un atleta disciplinado, trabajador en el gimnasio y obediente a las enseñanzas de sus entrenadores.
No es casual que Pacquiao haya logrado tantos éxitos en su carrera profesional e incluso algunos expertos lo califican como “el mejor boxeador del mundo kilo por kilo”. Aunque este columnista entiende que es Floyd Mayweather, en este momento, quien debe ocupar primera casilla entre los más capacitados púgiles del orbe libra por libra.
Irrespeto del presidente
Es un irrespeto del presidente del CMB lanzar tan negativos calificativos contra Manny Pacquiao.
Sulaimán también afirma, y lo cito textualmente: “Manny Pacquiao anda por ahí bebiendo, jugando casinos y ha descuidado su trabajo en el boxeo… le ha perdido amor al boxeo”.
