No en vano ha sido nombrada con el título de “La voz”, y es que ella usa sus cuerdas vocales como el mejor de los instrumentos, y de eso fuimos testigos en su paso por el país con su tour “Amolap”.
Relajada, juguetona y divertida, así inició su recorrido por más de 35 años de carrera artística, de la que el público dominicano ha sido participe, tal como la propia artista reconoció. “Gracias por no dejarme nunca sola. Desde mi llegada a esta bella tierra hace tantos años, ustedes siempre me han apoyado. Tienen un gran espacio en mi corazón”, afirmó emocionada en uno de los tantos momentos que dedicó a interactuar con su público.
El show fue estratégicamente segmentado en tres momentos. Primero inició con un set de clásicos:“Sabor a mí”, “Me importas tú”, “Gracias a la vida”,“Caballo viejo”, y para concluir, un emotivo homenaje a nuestra tierra con “Ojala que llueva café”.
Su garbo fue motivo de elogios, pues los tres cambios de vestuario demostraron que los años no le han restado coquetería, sino todo lo contrario. Un traje corte sirena, en naranja intenso, fue el elegido para inicial la noche, le siguió un vestido inspirado en los colores del arcoíris y de corte griego; la noche concluyó con un vestido azul cielo, de telas vaporosas y con el que jugaba al compas de la música.
El set electrónico vino acompañado de nuevos arreglos para grandes clásicos popularizados en la voz de la artista. Sonaron consecutivamente: “Yo quiero volar”, “Luna de miel”, “Juntos”, “Vida”,“Beso a beso” y “Por qué me abandonaste”.
Si bien es cierto que el público la apoyó y salió airosa en su incursión al mundo de los “Beats”, los nuevos arreglos le restaron poder a las canciones y al final no calaron en la audiencia.
Cuando la noche agonizaba, San Basilio regresó a los sonidos que la han hecho famosa. “Demasiado herida”, “Alfonsina”, “Nadie como tú” y la esperada “No llores por mí Argentina” sonaron para la despedida.
La artista cerró con “Love Makes my World go Round”, el primer sencillo de esta nueva producción y que la hace desdoblase todavía más. Sin embargo, es evidente que el público no asimiló los nuevos sonidos.
Una ovación de pie coronó la noche, dejando complacido a la sala principal del Teatro Nacional que lució a toda capacidad.
Madre e hija
Anteriormente ya había cantado en el país, Ivanna, la hija de Paloma, que ahora asume un rol protagónico en la carrera de su madre. Ella fue la responsable de inducir a San Basilio a reeditar sus éxitos con sonidos electrónicos, encargándose de la producción de su más reciente disco “Amolap”.
Durante el show, cantó en solitario un Blues, mientras su madre cambiaba vestuario, demostrado que en su caso, el talento si lo heredo. Al referirse a ella, San Basilio no pudo contener la emoción y afirmó que trata de no mirarla mucho, pues se le salen las lágrimas de puro orgullo.
