¿Sin oposición?

La oposición es fundamental en la democracia, que sin la misma no es tal. La oposición es el contrapeso del gobierno. Ella contribuye…

La oposición es fundamental en la democracia, que sin la misma no es tal. La oposición es el contrapeso del gobierno. Ella contribuye a controlar los excesos en que suelen caer quienes gobiernan solos. En la política viene a ser como en la naturaleza, que está sujeta a ciclos clave para mantener la vida en equilibrio, la noche el día.

Y cuando el gobierno es muy fuerte, entonces se requiere una oposición muy fuerte. Ahora esa oposición es más necesaria que nunca en República Dominicana, donde el gobierno es de mayoría, mayoría concertada que ganó el Poder Ejecutivo y ya controlaba los demás poderes del Estado. Otro elemento clave. La segunda fuerza con que fue constituida esa mayoría es actuante en los planos congresuales y municipales, lo que da una dimensión de la capacidad de control del grupo gobernante.

Por esa realidad, cobra más importancia el valor de la oposición. Pero el partido con más vocación opositora, el que obtuvo la mayor votación en las pasadas elecciones, está enfrascado en una lucha intestina, que lo incapacita para liderar el contrapeso frente al gobierno. Pero no sólo está disminuido por esa lucha, sino que una parte del mismo sustenta un discurso post electoral que sugiere un desconocimiento del gobierno elegido el pasado 20 de mayo.

En una democracia no se puede ejercer legítimamente la oposición si no se reconoce al contrario, que en este caso es el gobierno que se constituirá a partir del 16 de agosto. Desconocerlo supone el rechazo al sentido de la gobernabilidad, a la construcción de escenarios de diálogo y posibles acuerdos para la implantación de políticas públicas de interés común, sea en el Congreso, en los municipios o en el gobierno nacional. Es decir, no se puede ser interlocutor válido si no se reconoce a la contraparte.  Esto es elemental en la lucha política, aún en su plano más elevado.

Y siendo así, los líderes  políticos tienen que comprender su misión, sus límites y alcances. Es su responsabilidad. La oposición tiene que jugar su legítimo papel. El país la necesita.

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