Un Artículo Huésped

El doctor en medicina José Díaz, nos remite un artículo en el que expone criticas a otro nuestro publicado en esta misma columna…

El doctor en medicina José Díaz, nos remite un artículo en el que expone criticas a otro nuestro publicado en esta misma columna con relación a la posición que creemos debe adoptar la izquierda ante una posible candidatura del doctor José Francisco Peña Gómez. El artículo escrito por el doctor José Díaz, con el título “Bosch, Negro Veras y Elecciones”, dice textualmente así:

“Crecí en Santiago de los Caballeros y desde que nos comenzaron a preocupar las cuestiones sociales, veíamos en Negro Veras el símbolo de lo que deseamos ser cuando nos desarrollásemos como persona. Eran los inicios de la década de los ’70 y el abogado santiaguero era el paño de lágrimas de todas las familias que tenían un pariente encarcelado, desaparecido, exiliado o perseguido; nunca, se puede decir fueron defraudados.

La trayectoria de Negro Veras no ha variado en lo sustancial de su actividad en pro de los sectores progresistas, y a nosotros nos consta personalmente, pues junto a él nos tocó buscarle salida a un problema que tenía sumergida a toda una comunidad en la más desgarrante de las angustias, por la persecución y apresamiento de una docena de sus hijos; me refiero a la comunidad de Jicomé, Esperanza en el año 1984.

En su columna de El Nacional del 2 de septiembre, el doctor Veras analiza desde varia vertientes la imposibilidad de que las izquierdas apoyen la posible candidatura del doctor Peña Gómez, tratando así de rebatir los planteamientos de Bosch al respecto, y presenta una serie de puntos incompatibles entre Peña Gómez y las izquierdas, como son: el respaldo a la social democracia; al no transformar la base económica que le sirve de base a los terratenientes monopolistas norteamericanos; el no romper con la minoritaria clase dominante; y así otros, que junto a muchos que no citó, son de seguro puntos irreconciliables. Pero esto no invalida un apoyo de esa izquierda fraccionada al PRD, estamos seguros que el Dr. Veras sabe que esos puntos discordantes existían en 1970, cuando con la ausencia de Bosch, el PRD, dirigido por Peña Gómez, planteaba junto a la izquierda “el golpe de Estado popular”. Esas diferencias eran iguales en 1974, cuando los sectores mayoritarios de esa izquierda fue aliada al PRD, ya de Peña Gómez, en el Acuerdo de Santiago. Fue en 1978 cuando la izquierda mandó a votar por el terrateniente Antonio Guzmán, y después del juntazo de la madrugada del 17 de mayo fueron esos mismos militantes los que se pusieron al frente para que se respetara la “Voluntad Popular”, y ya en las pasadas elecciones del 82, uno de los partidos representativos de esa izquierda, desarrolló una intensa campaña televisiva donde presentaba un voto blanco para que se votara así en las candidaturas nacionales y por los comunistas abajo.

Entonces, doctor Veras, ¿se puede decir que la izquierda deponía sus concepciones en esos momentos y aceptaba los del PRD? O, mejor dicho, ¿quiere usted decir ahora que las posiciones de los hombres progresistas del país se perderían por darle apoyo a un sector de la derecha? No creemos eso. La historia mundial está llena de ejemplos de posiciones tácticas que han adoptado líderes revolucionarios; y veamos el caso de Lenin, éste fue el propulsor de la idea de que los diputados bolcheviques debían aceptar jurar por el zar a la hora de tomar posesión en la duma en 1905 (congreso ruso).

¿Era eso estar de acuerdo con el zar? También debe recordarse que en los inicios de la primera guerra mundial, el mismo Lenin pidió el consentimiento de los alemanes para pasar por su país en un tren sellado desde Suiza hasta su patria. ¿Era eso estar de acuerdo con los alemanes? No, doctor Veras; sus razones no convencen, y las declaraciones de Bosch tienen mucha validez, pues las posiciones de algunos dirigentes de izquierda, que usted representa o defiende, han sido en los últimos días de alabanzas hacia Peña Gómez, cosa que, como demostramos arriba, es ya tradición, siendo preferible apoyar al PRD, que es un partido antiimperialista, el cual solo recibe de la izquierda injurias, zancadillas y ataques.

A pesar de estas diferencias de criterios le reiteramos al doctor Veras nuestro respeto. Atentamente, doctor José Díaz”. (139).

Contestando un Artículo

El día nueve del mes de septiembre del año en curso, 1985, en esta misma columna publicamos un artículo con el título “La Izquierda, P.R.D. y Elecciones”. En dicho artículo hacíamos una serie de consideraciones para demostrar por qué la izquierda dominicana no podía, sin condiciones, votar por el Partido Revolucionario Dominicano en las elecciones de 1986.

El día 4 de octubre del corriente año, en este mismo periódico, en la página número 9, un señor que responde al nombre de Manuel Rodríguez Bonilla, publicó  un artículo con el título “PRD, Izquierda y Elecciones”, en el que hace una serie de citas que, según él, están expuestas en nuestro artículo. También hace mención a varios asuntos que, sin ánimo de polemizar, conviene que aclaremos.

En razón de que las citas que nos atribuye el señor Rodríguez Bonilla, en su artículo de marras, no son nuestras, no las contestaremos. Pero sí queremos precisar lo siguiente: El señor Rodríguez Bonilla, dice que el autor de esta columna es “miembro prominente de un partido de izquierda”. Lamentablemente el señor Bonilla Rodríguez, se ha equivocado; no pertenecemos a ninguna organización política, lo que no quiere decir, en modo alguno, que nos comportemos indiferentes al proceso social que vive el país.

En nuestro país algunas personas, y servicios de seguridad nacionales y extranjeros, tienen la creencia de que militamos en un determinado partido comunista o de izquierda. Así, por ejemplo, en los archivos de la Embajada de los Estados Unidos de Norteamérica, estamos identificados como militante comunista con ficha 212 (d) (3) (a): (28).

En otra parte de su artículo, el señor Rodríguez Bonilla, dice: “Pero por suerte, no todo militante de ideas progresistas piensa como Antonio Veras, quien desde su escritorio escribe para publicar todo lo que desea sin peligro, en un clima democrático que su antiguo compañero de lucha en el campo de la defensa de los derechos humanos le ha mantenido y consolidado: Salvador Jorge Blanco…”
Es cierto que hoy escribimos desde un escritorio. Pero en el año 1959 lo hicimos debajo de un piso en compañía de Wenceslao Marcial Guillén Gómez, Pedro Jaime Tineo Tejada, Manuel Armando Bueno y otros compañeros asesinados en La 40 y que hoy son conocidos como el grupo de Los Panfleteros de Santiago.

Para conocimiento del señor Rodríguez Bonilla, conviene precisar que el estado de libertades públicas que disfruta el pueblo dominicano no es la obra del Partido Revolucionario Dominicano, ni del doctor Salvador Jorge Blanco, ni de ningún ciudadano en particular. Es la suma –en parte- de la lucha que ha librado el pueblo dominicano desde hace muuuuuuuchos años por llevar una vida decente, digna y por ir creando las bases para que en el país llege a imperar una sociedad donde se combinen las libertades públicas y los derechos humanos.

Finalmente, para escribir no tenemos que pedirle permiso a nadie. Exponemos lo que creemos sin tratar de herir personalmente a ninguna persona y sin importar el peligro que encierre nuestra forma de escribir y pensar. Como diría un buen amigo: Algunos dominicanos nacen con el pan debajo del brazo, y otros con un ataúd. El autor de esta columna no nació con el pan debajo del brazo, ha tenido que ganárselo con su trabajo. Nuestro ataúd está reservado y esperamos que el día que coloquen nuestro cuerpo dentro de él ya todos los dominicanos tengan seguro su pan y también su ataúd, no como hoy que la gran mayoría del pueblo no tiene asegurado ni el pan ni el ataúd. (140).

Fuentes:
(139) El Nacional. 18 de octubre 1985.
(140) El Nacional. 21 de octubre 1985.
Continuará la semana próxima

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